Lo que ha quedado del escándalo García
23 mayo 2006
Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.
Las declaraciones del ex jefe de informática del DAS Rafael García se han ido depurando con el paso de los días. Los ejes del escándalo fueron: corrupción en el DAS, influencia paramilitar en la cúpula de la Institución, fraude electoral, lista negra de sindicalistas y un complot para asesinar a Hugo Chávez.
De todos los ejes del escándalo, dos puntos quedaron vigentes y merecen explicaciones y acciones muy profundas: la corrupción y el control que ejercieron los paramilitares en el DAS.
En cuanto a la corrupción, se sabe que efectivamente se presentaron contratos fraudulentos, lavado de activos y enriquecimiento ilícito, delitos por los que está respondiendo el propio Rafael García.
La posición radical de algunos sectores que señalan cualquier hecho de corrupción como una promesa incumplida de este gobierno, no se compadece con la realidad, pues una cosa es combatir un fenómeno que ha debilitado históricamente al país y otra, como pretenden los mesianistas, acabar de tajo con el problema.
Basta con ver lo que le ha ocurrido, por ejemplo, a Lucho Garzón en su administración: salida de todos los alcaldes locales, funcionarios en la cárcel, controles semanales de advertencia de la Contraloría Distrital y otras situaciones de corrupción que NO HAN SURGIDO del Alcalde, pero que demuestran que combatir el flagelo de la corrupción es difícil y toma tiempo, por más voluntad política que se tenga.
Sobre el segundo tema, el de la infiltración paramilitar que es el más delicado, la nación no ha recibido respuestas satisfactorias y el manto de duda continúa por la terquedad de Uribe de haber mantenido como funcionario gubernamental a Jorge Noguera.
En el debate de control político, Antonio Navarro hizo una reflexión pertinente: “Por mucho menos, Uribe ha destituido generales e incluso, por las denuncias, el segundo al mando del DAS también fue destituido, mientras a Noguera le fue aceptada la carta de renuncia”.
Esa ambigüedad es nociva para el país, pues lo que se espera es congruencia del Gobierno y que mida a todos los funcionarios con la misma vara. Entonces, la pregunta es inevitable: ¿porqué la protección a Noguera?.
A esta situación, como en muchas otras entidades del Estado que han sido infiltradas por la corrupción del narcotráfico (paramilitares y guerrilla), el país tiene que prestarle especial atención, porque el dinero del narcotráfico SIEMPRE acaba con las instituciones y debilita a la sociedad.
Además, al margen de lo que ocurra el próximo domingo, el país espera que la corrupción y la infiltración en el DAS sean completamente aclaradas y se blinde al organismo de la influencia de estos dos tipos de cáncer.
Sin embargo, las demás denuncias se fueron cayendo como un castillo de naipes: el fraude electoral en las presidenciales (ese que para Serpa y Carlos Gaviria deslegitimaba al Gobierno) resultó ser solo un costal de malas cuentas y de pésimo ejercicio periodístico, muy aplaudido por algunos mediocres que parecen carecer de la formación suficiente para manejar una calculadora.
Es más: como el fraude no existió (lo demuestran las cifras), entonces les molestó la respuesta presidencial porque tocó a las "vacas sagradas" y algunos, en un gesto serio y leal de solidaridad profesional, respaldaron a Semana.
Pero otros, pobres de ellos, se lanzaron con arengas panfletarias que demostraron la inmensa debilidad de sus ideas y rabiosamente decidieron que sus posiciones son tan sagradas, que ni siquiera pueden ser sometidas al debate ni mucho menos cuestionadas, pues saben que carecen de la capacidad para debatir y adolecen de las condiciones para argumentar sus posiciones.
Esos que lanzan panfletos de baja calaña simplemente estarán condenados a su eterna ignorancia, pues la posibilidad de debatir y de argumentar genera conocimientos y enriquece las ideas… lástima por ellos que carecen de la formación y el talante para asumir un debate.
En cuanto a la supuesta lista negra, lo que preocupa a la oposición es buscar como, así sea a la fuerza, se enlaza el asesinato de Correa de Andreis con el DAS. Aquí es importante dejar de pensar en caliente y esperar los resultados de las investigaciones, porque hasta el momento, salvo el rumor y el testimonio de García, no hay ninguna prueba vinculante que permita asegurar, o por lo menos sospechar, que este asesinato es un crimen de Estado.
Sin embargo, las cifras y la lógica indican que esa lista negra es producto también de la mitomanía García y asociados: hasta el momento, la famosa lista negra no aparece por ninguna parte y su existencia solo la menciona Rafael García. Esto significa que no se puede descartar su existencia, pero tampoco se puede afirmar que efectivamente haya sido creada.
Y ni hablar del complot contra Chávez… contra el pobre petrotirano se han “armado” todas las conspiraciones imaginables y en su paranoia, todos quieren atentar contra su vida… claro, es más fácil darle a su pueblo el circo de las conspiraciones que una mejor calidad de vida y mayor seguridad en medio de las libertades mínimas que debe ofrecer toda democracia.
Entonces, ciertamente el escándalo generó una inmensa molestia y malestar en muchos simpatizantes de Uribe… pero el tiempo decanta las aguas turbias y permite que los hechos se puedan ver en perspectiva.
Las declaraciones del ex jefe de informática del DAS Rafael García se han ido depurando con el paso de los días. Los ejes del escándalo fueron: corrupción en el DAS, influencia paramilitar en la cúpula de la Institución, fraude electoral, lista negra de sindicalistas y un complot para asesinar a Hugo Chávez.
De todos los ejes del escándalo, dos puntos quedaron vigentes y merecen explicaciones y acciones muy profundas: la corrupción y el control que ejercieron los paramilitares en el DAS.
En cuanto a la corrupción, se sabe que efectivamente se presentaron contratos fraudulentos, lavado de activos y enriquecimiento ilícito, delitos por los que está respondiendo el propio Rafael García.
La posición radical de algunos sectores que señalan cualquier hecho de corrupción como una promesa incumplida de este gobierno, no se compadece con la realidad, pues una cosa es combatir un fenómeno que ha debilitado históricamente al país y otra, como pretenden los mesianistas, acabar de tajo con el problema.
Basta con ver lo que le ha ocurrido, por ejemplo, a Lucho Garzón en su administración: salida de todos los alcaldes locales, funcionarios en la cárcel, controles semanales de advertencia de la Contraloría Distrital y otras situaciones de corrupción que NO HAN SURGIDO del Alcalde, pero que demuestran que combatir el flagelo de la corrupción es difícil y toma tiempo, por más voluntad política que se tenga.
Sobre el segundo tema, el de la infiltración paramilitar que es el más delicado, la nación no ha recibido respuestas satisfactorias y el manto de duda continúa por la terquedad de Uribe de haber mantenido como funcionario gubernamental a Jorge Noguera.
En el debate de control político, Antonio Navarro hizo una reflexión pertinente: “Por mucho menos, Uribe ha destituido generales e incluso, por las denuncias, el segundo al mando del DAS también fue destituido, mientras a Noguera le fue aceptada la carta de renuncia”.
Esa ambigüedad es nociva para el país, pues lo que se espera es congruencia del Gobierno y que mida a todos los funcionarios con la misma vara. Entonces, la pregunta es inevitable: ¿porqué la protección a Noguera?.
A esta situación, como en muchas otras entidades del Estado que han sido infiltradas por la corrupción del narcotráfico (paramilitares y guerrilla), el país tiene que prestarle especial atención, porque el dinero del narcotráfico SIEMPRE acaba con las instituciones y debilita a la sociedad.
Además, al margen de lo que ocurra el próximo domingo, el país espera que la corrupción y la infiltración en el DAS sean completamente aclaradas y se blinde al organismo de la influencia de estos dos tipos de cáncer.
Sin embargo, las demás denuncias se fueron cayendo como un castillo de naipes: el fraude electoral en las presidenciales (ese que para Serpa y Carlos Gaviria deslegitimaba al Gobierno) resultó ser solo un costal de malas cuentas y de pésimo ejercicio periodístico, muy aplaudido por algunos mediocres que parecen carecer de la formación suficiente para manejar una calculadora.
Es más: como el fraude no existió (lo demuestran las cifras), entonces les molestó la respuesta presidencial porque tocó a las "vacas sagradas" y algunos, en un gesto serio y leal de solidaridad profesional, respaldaron a Semana.
Pero otros, pobres de ellos, se lanzaron con arengas panfletarias que demostraron la inmensa debilidad de sus ideas y rabiosamente decidieron que sus posiciones son tan sagradas, que ni siquiera pueden ser sometidas al debate ni mucho menos cuestionadas, pues saben que carecen de la capacidad para debatir y adolecen de las condiciones para argumentar sus posiciones.
Esos que lanzan panfletos de baja calaña simplemente estarán condenados a su eterna ignorancia, pues la posibilidad de debatir y de argumentar genera conocimientos y enriquece las ideas… lástima por ellos que carecen de la formación y el talante para asumir un debate.
En cuanto a la supuesta lista negra, lo que preocupa a la oposición es buscar como, así sea a la fuerza, se enlaza el asesinato de Correa de Andreis con el DAS. Aquí es importante dejar de pensar en caliente y esperar los resultados de las investigaciones, porque hasta el momento, salvo el rumor y el testimonio de García, no hay ninguna prueba vinculante que permita asegurar, o por lo menos sospechar, que este asesinato es un crimen de Estado.
Sin embargo, las cifras y la lógica indican que esa lista negra es producto también de la mitomanía García y asociados: hasta el momento, la famosa lista negra no aparece por ninguna parte y su existencia solo la menciona Rafael García. Esto significa que no se puede descartar su existencia, pero tampoco se puede afirmar que efectivamente haya sido creada.
Y ni hablar del complot contra Chávez… contra el pobre petrotirano se han “armado” todas las conspiraciones imaginables y en su paranoia, todos quieren atentar contra su vida… claro, es más fácil darle a su pueblo el circo de las conspiraciones que una mejor calidad de vida y mayor seguridad en medio de las libertades mínimas que debe ofrecer toda democracia.
Entonces, ciertamente el escándalo generó una inmensa molestia y malestar en muchos simpatizantes de Uribe… pero el tiempo decanta las aguas turbias y permite que los hechos se puedan ver en perspectiva.
7 comentarios
SDI dijo...
Quizá lo peor de todo este asunto Jaime es que el daño está hecho, lo que se corrobora con el bajonazo en las intenciones de voto hacia Uribe. Seguro, ya pasó un poco la tormenta que desataron las declaraciones de García pero esto dio pie para que la oposición agregara a sus "incontables" razones para no votar por Uribe el escándalo del DAS.
En el siguiente mandato hay que investigar a fondo todo este rollo, pero como usted bien lo dice, no porque haya paramilitares en el DAS esto quiere decir que ahora lo llenen de guerrilleros. Hay que aislar a este par de grupos de las entidades y de los cargos públicos en la medida como sea posible. Claro, habrá algunos que se colarán y otros que se perpetuarán, pero lo importante es que el Gobierno nos dé esa impresión de erradicación de paras y guerrilla de estos cargos.
Sólo queda esperar si toda esta guerra de desinformación da sus frutos y si las elecciones de este domingo se van a una segunda vuelta, lo cual confío que no suceda.
mayo 23, 2006 12:13 PM
DieGoth dijo...
Jaime, ¿se acuerda en las elecciones pasadas, cuando Serpa dijo que tenía las pruebas de que Uribe era paramilitar, y las pruebas resultaron ser un paquete de recortes de periódicos de artículos en los que el mismo Serpa acusaba a Uribe de tener vínculos con las AUC? Ni siquiera la Fiscalía lo tomó en serio, pero para él esas eran "pruebas".
Ese episodio del folclorismo serpista se parece a la nota que publicaron en el Miami Herald, y lo peor de todo es que ya he visto alguien con ínfulas de "periodista" que la retomó como si fuera una prueba de que Semana tenía la razón.
mayo 23, 2006 12:22 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A SDI:
Le confieso que las encuestas me desubican muchísimo: las de Napoleón Franco indican que Uribe no fue golpeado por el escándalo, y otros aseguran que salió fortalecido.
Pero más allá de la coyuntura, se requiren correcciones estructurales en algunos asuntos: insisto en que la prensa no debe asumir el papel de juez y que el derecho al buen nombre debe ser custodiado no solo por la víctima, sino por toda la sociedad.
El Gobierno debe CUSTODIAR, celosamente, al Estado para que los armados (y sus promotores políticos) no se tomen las instituciones para beneficios propios.
Gracias por sus comentarios y efectivamente me llegó el correo.
Un abrazo.
mayo 23, 2006 2:07 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A DIEGOTH:
Recuerdo algunas cosas de la campaña pasada: privatización del SENA y desaparición de BIENESTAR FAMILIAR, Uribe era paramilitar porque había "creado" las Convivir y... ¿qué resultó cierto? Nada.
Pero usted ha dado en el blanco: justamente me refiero a esos mediocres que engañan a sus lectores con supuestas "novedades" que resultan reciclaje mediocre y oportunista de la información.
Gracias por sus comentarios.
mayo 23, 2006 2:10 PM
Jaime Ruiz dijo...
Buenas tardes. Muy bueno el post, pero a pesar de que la campaña era tramposa sigue quedando ese lunar feo en la trayectoria del gobierno: que sí hubo alguna complicidad en el DAS con las AUC.
Al respecto siempre se cae en las particularidades de la democracia: fulanito llega a profesor de la universidad y resulta que embauca a las alumnas. Yo que no llego ni a estudiante y en todo caso molesto a las jovencitas por la calle, me convierto en el juez de ese profesor y exijo que lo encarcelen porque como profesor hizo algo ilícito. Y de paso exijo que me nombren profesor a mí.
Lo mismo les pasa a los opositores: puede que en el DAS haya habido casos de funcionarios comprometidos en crímenes, pero ¿no estaban todos los partidarios de Gaviria y de Serpa de lo más comprensivos y tolerantes con la guerrilla en tiempos del Caguán? ¿No era una cadena de crímenes mucho mayor, como la destrucción de los pueblos circundantes, la "retención" de miles de personas, el reclutamiento de miles de niños... Claro, la responsabilidad penal saldría en el caso de los funcionarios del DAS (ojalá se castigue), pero moralmente los partidarios de Gaviria y de Serpa están en una situación mucho peor: no delinquieron porque no alcanzaron a ocupar los cargos, pero sí apoyaron a los criminales y los siguen apoyando.
Y de lo que se trata es de nombrar presidente. Lo del DAS es un resbalón grave del gobierno, pero eso no convierte a los aliados de la guerrilla en mejores gobernantes potenciales. Ni de fundas. Lo que se necesita es civismo para exigir que se cumplan la leyes.
mayo 23, 2006 3:31 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A JAIME RUÍZ:
Coincido con usted: Lo que se necesita es civismo para exigir que se cumplan la leyes.
A eso agregaría que eso requiere un cambio en la manera de ver las cosas: el ciudadano debe tener la posibilidad de analizar las situaciones y recibir la información cierta y comprobada, para que pueda tomar una posición, cosa que no está ocurriendo en Colombia.
Gracias por sus comentarios.
mayo 23, 2006 5:27 PM
nightjuan dijo...
En general estoy de acuerdo con el artículo original.
Yo reiteraría que Uribe, por razones poco claras (cualquiera todavía podría especular al respecto, largamente), no hizo la tarea. Tenía el deber de manejar mucho mejor el escándalo, con más contundencia y trasparencia. No sólo por su condición de presidente de la nación, sino inclusive por su propio interés electoral.
Claro, nunca habría podido evitar que salieran los de siempre con las mismas conclusiones, pero sí limitar los efectos y alcances de sus consecuencias.
Aunque las encuestas digan que fueron pocos, menos del 20% de los encuestados, los colombianos que cambiaron su posición sobre Uribe y la contienda electoral a raíz del escándalo del DAS, esos puntos podrían hacer la diferencia entre un triunfo asegurado en primera vuelta y una segunda. Si a él le interesara evitar eso, no gastaría tan mal su capital político (no sólo en el tema del DAS, sino en otros que me abstengo de mencionar por el momento).
mayo 23, 2006 11:08 PM