De compras
22 diciembre 2006
Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena. myances@msn.com
Para hacer el comentario de esta semana me toca dividir el mundo en tres tipos de personas.
En un extremo están las personas que disfrutan ganando dinero sin saber muy bien cómo gastarlo, que son las avaras; y en el otro las que disfrutan gastando el dinero sin saber muy bien cuanto costó lo que compraron, ni cómo se gana, que son las compradoras impulsivas.
En el centro (no por ello, la mayoría) están las personas que saben que el proceso de ganar dinero es arduo y muy competido (todos lo quieren para si), y el proceso de comprar muy complejo, pues primero que todo tienen que racionalizar la necesidad, y segundo definir y clasificar -en exigibles, deseables, y sin importancia- las características del producto que se quiere. Luego, salir a buscar en el mercado el mejor precio, exponiéndose a tener que modificar las exigencias iniciales, o a que los vendedores los enreden haciéndolos ver cosas que no habían visto y adornando con superlativos lo que les quieren vender.
Si le ponemos género a esta clasificación, encontramos sin lugar a dudas, que el segundo tipo de personas esta conformado típicamente (ojo, digo típica, no exclusivamente) por ejemplares XX, mientras que el primero y el tercero por XY.
NOTA: A los enemigos de las generalizaciones, le digo que cuando uno las hace, se esta refiriendo al caso promedio, al más esperado.
Los ejemplares XX dirán que su sexto sentido los hace superior a los XY “también” al momento de comprar, pues pueden sin necesidad de hartas comparaciones e intrincados análisis (solo guiados por la emoción) elegir la mejor opción. Los XY dicen que es posible que los XX no se hayan han percatado que simplemente escogen lo más caro, bajo el supuesto de que lo más caro es lo mejor, o de que lo barato sale caro.
Lo que pasa es que no se sabe en realidad si para confundir o clientizar, los productos están tan diferenciados entre si, que ni los expertos pueden estandarizar unas características básicas para comprar basado en precios. Tres ejemplos típicos son la computadora, el televisor y el celular.
En el caso de los televisores, y para solo mencionar unos poquitos, están los convencionales con tubo de rayos catódicos (CRT), en toda una gama que hace difícil escoger; y los de pantalla plana, que se consiguen en tecnología plasma o cristal líquido (LCD).
Respecto a la computadora ni se diga: que la velocidad del procesador es lo importante, que un procesador rápido sin un bus también rápido y una buena capacidad de memoria es lo mismo que nada, que aunque tenga buena velocidad y buena memoria si no tiene discos de altas revoluciones no podrá disfrutar de una buena respuesta a los pedidos del mouse y del teclado, y que no se olvide la memoria de video y el tema de sonido.
Y en el celular: cámara de televisión y fotográfica, receptores de radio y de televisión, reproductor de mp3, capacidad de memoria, deferentes estilos (para XX y para XY), colores, tamaños y pesos, Un día de estos creo que servirán hasta de control remoto para el televisor, el DVD y las puertas del carro.
Y ahí si podrán tener razón los XX. Es tan complicado comprar, que toca dejar que la emoción que despierta el articulo (como si se tratara de obras de arte) sea el elemento decisor; o el precio, pero a la inversa, no el mas barato, sino el mas caro que de paso sirve para aparentar solvencia.
No quiero ser taxativo en negar ni en afirmar ese principio universal sobre lo caro y lo barato, pero si resaltar que mediante la búsqueda inteligente, se puede conseguir el mejor precio para el mejor producto.
Para hacer el comentario de esta semana me toca dividir el mundo en tres tipos de personas.
En un extremo están las personas que disfrutan ganando dinero sin saber muy bien cómo gastarlo, que son las avaras; y en el otro las que disfrutan gastando el dinero sin saber muy bien cuanto costó lo que compraron, ni cómo se gana, que son las compradoras impulsivas.
En el centro (no por ello, la mayoría) están las personas que saben que el proceso de ganar dinero es arduo y muy competido (todos lo quieren para si), y el proceso de comprar muy complejo, pues primero que todo tienen que racionalizar la necesidad, y segundo definir y clasificar -en exigibles, deseables, y sin importancia- las características del producto que se quiere. Luego, salir a buscar en el mercado el mejor precio, exponiéndose a tener que modificar las exigencias iniciales, o a que los vendedores los enreden haciéndolos ver cosas que no habían visto y adornando con superlativos lo que les quieren vender.
Si le ponemos género a esta clasificación, encontramos sin lugar a dudas, que el segundo tipo de personas esta conformado típicamente (ojo, digo típica, no exclusivamente) por ejemplares XX, mientras que el primero y el tercero por XY.
NOTA: A los enemigos de las generalizaciones, le digo que cuando uno las hace, se esta refiriendo al caso promedio, al más esperado.
Los ejemplares XX dirán que su sexto sentido los hace superior a los XY “también” al momento de comprar, pues pueden sin necesidad de hartas comparaciones e intrincados análisis (solo guiados por la emoción) elegir la mejor opción. Los XY dicen que es posible que los XX no se hayan han percatado que simplemente escogen lo más caro, bajo el supuesto de que lo más caro es lo mejor, o de que lo barato sale caro.
Lo que pasa es que no se sabe en realidad si para confundir o clientizar, los productos están tan diferenciados entre si, que ni los expertos pueden estandarizar unas características básicas para comprar basado en precios. Tres ejemplos típicos son la computadora, el televisor y el celular.
En el caso de los televisores, y para solo mencionar unos poquitos, están los convencionales con tubo de rayos catódicos (CRT), en toda una gama que hace difícil escoger; y los de pantalla plana, que se consiguen en tecnología plasma o cristal líquido (LCD).
Respecto a la computadora ni se diga: que la velocidad del procesador es lo importante, que un procesador rápido sin un bus también rápido y una buena capacidad de memoria es lo mismo que nada, que aunque tenga buena velocidad y buena memoria si no tiene discos de altas revoluciones no podrá disfrutar de una buena respuesta a los pedidos del mouse y del teclado, y que no se olvide la memoria de video y el tema de sonido.
Y en el celular: cámara de televisión y fotográfica, receptores de radio y de televisión, reproductor de mp3, capacidad de memoria, deferentes estilos (para XX y para XY), colores, tamaños y pesos, Un día de estos creo que servirán hasta de control remoto para el televisor, el DVD y las puertas del carro.
Y ahí si podrán tener razón los XX. Es tan complicado comprar, que toca dejar que la emoción que despierta el articulo (como si se tratara de obras de arte) sea el elemento decisor; o el precio, pero a la inversa, no el mas barato, sino el mas caro que de paso sirve para aparentar solvencia.
No quiero ser taxativo en negar ni en afirmar ese principio universal sobre lo caro y lo barato, pero si resaltar que mediante la búsqueda inteligente, se puede conseguir el mejor precio para el mejor producto.