Aprender a ser grandes
06 septiembre 2006
Por Mauricio López. Miembro de Bogotá Fuerte.
¿Cómo puede una nación aprender a ser grande cuando a sus habitantes desde pequeños se les inculca lo contrario? Desde pequeños, a la gran mayoría de colombianos nos sugestionan con la noción de que existe un mundo mejor al que debemos pertenecer y que ese increíble mundo no es el nuestro.
Desde los primeros años, la autoestima del joven colombiano empieza a depender de su capacidad de emular y relacionarse con culturas diferentes a la suya; el poderoso complejo es transferido al prometedor ser humano sin contemplación alguna. Desde ese momento nuestro joven tendrá que vivir toda una vida en función de la satisfacción de ideas que van a frenar su potencial real.
A nuestros jóvenes les enseñamos a rechazar su más preciado bien, el origen, y por lo tanto van a tratar toda la vida de ser lo que no son. No es difícil imaginar como va a evolucionar un niño que oye y lee todos los días que el país está lleno de ladrones, de violentos, de deshonestos, etc.
Todos los días le están diciendo: “Miren lo buenos y bonitos que son estos seres por que no son como ustedes”. Tan solo basta ir al supermercado y mirar las revistas para comprobar que todos sus mensajes estimulan modelos que refuerzan la presión de tener que parecerse a quienes no se parecen naturalmente.
Produce vergüenza ajena el nivel de arribismo y desnaturalización al que han llegado los responsables de los medios de comunicación; siempre mirando hacia fuera, alimentando constantemente una innecesaria y nociva necesidad de validación.
Tres ejemplos de esta situación: los medios impresos y las notas de farándula de algún noticiero en las que se ve a una mujer transformada con un innatural color de pelo y una figura producto de los cambios que ha tenido que sufrir para satisfacer un modelo de belleza ajeno a su naturaleza.
La radio no se salva: Basta sintonizar algún programa para oír la habitual degradación de nuestras expresiones nativas a través del adjetivo “criollo”, el cual ha adquirido con el tiempo una connotación peyorativa.
Lo que realmente importa y lo hace injustificable es la irresponsable malversación de los recursos educativos al servicio de la desnaturalización, al servicio de la perpetuación de un complejo que se ha sabido colar de generación en generación, alimentándose como un organismo parásito que se nutre sin piedad de su huésped. Estamos enseñados con mucha sutileza a ser poca cosa mientras seamos nosotros mismos.
Cuando una persona se forma limitada por esta clase de prejuicios, perpetuados por un acomplejado entorno que refuerza la desnaturalización, su percepción de él y de lo que lo rodea se verá impactada negativamente, evitando que se geste el respeto y la capacidad que en condiciones naturales desarrollan todos los individuos por lo que son y es suyo (incluidos los demás). En su propio país le estamos reforzando a los más pequeños la noción de que si son buenos tienen que parecerse a personas que viven muy lejos, lucir como ellos, hablar como ellos, estudiar con ellos y, de ser posible, vivir con ellos.
Las heridas de este proceso de desnaturalización se reflejan en nuestros jóvenes cuando los vemos tratando de emular esos mundos que irresponsablemente les enseñamos a imitar: se pintan el pelo de colores que no les corresponden naturalmente, se visten igual que en otras latitudes a pesar de que la condiciones climáticas no lo ameritan, se enorgullecen profundamente por la pronunciación de algún idioma extranjero, ahorran todo el año para ir a algún destino remoto que los haga sentir especiales y más cercanos a ese mundo mejor, modifican su cuerpo por la necesidad de establecer una belleza física parecida a aquellos a quienes les hemos enseñados que son los más bellos…
Toda la vida y autoestima del prometedor joven colombiano empieza a girar en torno a su capacidad de parecerse y relacionarse con otras culturas, alejándose de la que es naturalmente suya.
Quien se ve afectado por la desnaturalización va a crecer como un ser humano a quien le quitaron lo más valioso que poseía: la libertad de vivir naturalmente y el respeto por lo que es y lo que lo rodea. Lo desnaturalizaron y lo convirtieron en un triste reflejo de su verdadero potencial, en un ser humano que vive para satisfacer ilusas ideas que le inculcaron año tras año, hasta que no pudo defenderse más.
La gran mayoría de los colombianos sufrimos de esta debilidad estructural, especialmente arraigada en el difuso grupo que se sitúa entre la clase media y alta.
Por eso no es de extrañar que de ese mismo grupo social salgan los peores y más dañinos individuos, aquellos que han violado sin ninguna consideración el interés común por unos cuantos pesos que ni siquiera necesitan realmente… pero es que nada diferente se puede esperar de alguien que no respeta su entorno y que, además, es dominado por un fuerte complejo de inferioridad que lo impulsa a ser grande a toda costa, absolutamente nada lo va a detener de abusar de él y de lo que es suyo.
Lea además LA HISTORIA DE LA DESNATURALIZACIÓN, escrita por el mismo autor.
¿Cómo puede una nación aprender a ser grande cuando a sus habitantes desde pequeños se les inculca lo contrario? Desde pequeños, a la gran mayoría de colombianos nos sugestionan con la noción de que existe un mundo mejor al que debemos pertenecer y que ese increíble mundo no es el nuestro.
Desde los primeros años, la autoestima del joven colombiano empieza a depender de su capacidad de emular y relacionarse con culturas diferentes a la suya; el poderoso complejo es transferido al prometedor ser humano sin contemplación alguna. Desde ese momento nuestro joven tendrá que vivir toda una vida en función de la satisfacción de ideas que van a frenar su potencial real.
A nuestros jóvenes les enseñamos a rechazar su más preciado bien, el origen, y por lo tanto van a tratar toda la vida de ser lo que no son. No es difícil imaginar como va a evolucionar un niño que oye y lee todos los días que el país está lleno de ladrones, de violentos, de deshonestos, etc.
Todos los días le están diciendo: “Miren lo buenos y bonitos que son estos seres por que no son como ustedes”. Tan solo basta ir al supermercado y mirar las revistas para comprobar que todos sus mensajes estimulan modelos que refuerzan la presión de tener que parecerse a quienes no se parecen naturalmente.
Produce vergüenza ajena el nivel de arribismo y desnaturalización al que han llegado los responsables de los medios de comunicación; siempre mirando hacia fuera, alimentando constantemente una innecesaria y nociva necesidad de validación.
Tres ejemplos de esta situación: los medios impresos y las notas de farándula de algún noticiero en las que se ve a una mujer transformada con un innatural color de pelo y una figura producto de los cambios que ha tenido que sufrir para satisfacer un modelo de belleza ajeno a su naturaleza.
La radio no se salva: Basta sintonizar algún programa para oír la habitual degradación de nuestras expresiones nativas a través del adjetivo “criollo”, el cual ha adquirido con el tiempo una connotación peyorativa.
Lo que realmente importa y lo hace injustificable es la irresponsable malversación de los recursos educativos al servicio de la desnaturalización, al servicio de la perpetuación de un complejo que se ha sabido colar de generación en generación, alimentándose como un organismo parásito que se nutre sin piedad de su huésped. Estamos enseñados con mucha sutileza a ser poca cosa mientras seamos nosotros mismos.
Cuando una persona se forma limitada por esta clase de prejuicios, perpetuados por un acomplejado entorno que refuerza la desnaturalización, su percepción de él y de lo que lo rodea se verá impactada negativamente, evitando que se geste el respeto y la capacidad que en condiciones naturales desarrollan todos los individuos por lo que son y es suyo (incluidos los demás). En su propio país le estamos reforzando a los más pequeños la noción de que si son buenos tienen que parecerse a personas que viven muy lejos, lucir como ellos, hablar como ellos, estudiar con ellos y, de ser posible, vivir con ellos.
Las heridas de este proceso de desnaturalización se reflejan en nuestros jóvenes cuando los vemos tratando de emular esos mundos que irresponsablemente les enseñamos a imitar: se pintan el pelo de colores que no les corresponden naturalmente, se visten igual que en otras latitudes a pesar de que la condiciones climáticas no lo ameritan, se enorgullecen profundamente por la pronunciación de algún idioma extranjero, ahorran todo el año para ir a algún destino remoto que los haga sentir especiales y más cercanos a ese mundo mejor, modifican su cuerpo por la necesidad de establecer una belleza física parecida a aquellos a quienes les hemos enseñados que son los más bellos…
Toda la vida y autoestima del prometedor joven colombiano empieza a girar en torno a su capacidad de parecerse y relacionarse con otras culturas, alejándose de la que es naturalmente suya.
Quien se ve afectado por la desnaturalización va a crecer como un ser humano a quien le quitaron lo más valioso que poseía: la libertad de vivir naturalmente y el respeto por lo que es y lo que lo rodea. Lo desnaturalizaron y lo convirtieron en un triste reflejo de su verdadero potencial, en un ser humano que vive para satisfacer ilusas ideas que le inculcaron año tras año, hasta que no pudo defenderse más.
La gran mayoría de los colombianos sufrimos de esta debilidad estructural, especialmente arraigada en el difuso grupo que se sitúa entre la clase media y alta.
Por eso no es de extrañar que de ese mismo grupo social salgan los peores y más dañinos individuos, aquellos que han violado sin ninguna consideración el interés común por unos cuantos pesos que ni siquiera necesitan realmente… pero es que nada diferente se puede esperar de alguien que no respeta su entorno y que, además, es dominado por un fuerte complejo de inferioridad que lo impulsa a ser grande a toda costa, absolutamente nada lo va a detener de abusar de él y de lo que es suyo.
Lea además LA HISTORIA DE LA DESNATURALIZACIÓN, escrita por el mismo autor.
7 comentarios -Mostrar entrada original
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ultraninja dijo...
Bueno lastimosamente heredamos un país con tanta violencia, con tanta guerra, con tanta impunidad, con tanto retraso mental en nuestros politicos, un país donde todos quieren salir y vivir en otro lado, entonces...ese es el resultado de nuestra mentalidad. No tenemos identidad, cualquier moda que venga de Europa o USA es tomada como si fuera propia, la gente ve television americana y se quieren comportar como tal, creen que asi van a ser "desarrollados", ejemplo la serie Sex and the city.. y muchas mujeres eran mas faciles de conquistar porque creian que lo que daban en esa serie era la norma real de comportamiento... Ademas somos el pais mas retardado de America, el unico en guerra, no es facil mostrar el pasaporte colombiano en un aeropuerto y ser discriminado
La solucion:
La llega del anticristo, que nos lleve el que nos trajo a este peladero.
septiembre 06, 2006 4:19 AM
El usuario anónimo dijo...
APRECIADO MAURICIO LOPEZ
Ni espacio deja para complementar su exelente articulo, trata con gran honestidad uno de los problemas mas inquietantes que tenemos,la falsa orientacion de nuestros jovenes que les obliga a vivir en un estado "prestado",inseguros, desorientados y confusos.
Sin percatarnos,con toda sutileza, hemos hecho odiosas divisiones entre nuestros ciudadanos creando los "estratos", con ellos demarcamos no solo una capacidad economica sino que los confinamos en especie de "ghettos" de donde dificilmente se sale, creandose injustas estigmatizaciones y peligrosas rivalidades.
Aparte de esta cruel "zonificacion" siguen la urbanizaciones o "unidades cerradas",sitios creados con la finalidad de dar a sus habitantes una cierta idea de seguridad y paz, pero que en la practica han convertido a nuestras ciudades en un conglomerado de aldeas ,con cierta independencia y lo peor del asunto, un motivo mas para dividir la ya dividida sociedad ;por las calidad de sus edificios y la prestancia de sus moradores, imprimen un cierto grado de elegancia y por supuesto de exclusividad; ya a estas alturas los jovenes distinguen su alta posicion social, marcados por estratos y luego por las impenetrables unidades cerradas donde viven,con estrictos guardias de seguridad y porteros que se encargan de hacerles notar que son "especiales" ;queda luego el plantel educativo, se da gran importancia en el renombre e historia "chic" del plantel, escrupulosas , fastidiosas y costosisimas ,reglas de admision,hacen creer a los privilegiados aprendices de "hidalgos" que el mundo les pertenece por derecho propio.
La educacion se las trae,muchos en idiomas extranjeros,con profesores "importados" o lo peor "injertados", criollos untados de culturas foraneas, se encargan con todo cuidado de infundir en sus pupilos ,metodos de vida y comportamientos completamente ajenos a nuestro medio colombiano, como maravillosamente lo comenta en su bien logrado articulo-comentario.
Se les enseña a los varones a ser nada menos que presidentes de la nacion, para lustre de sus ilustres progenitores y gloria del plantel, en ultimo caso pueden optar por algun ministerio o embajada, aunque esta sea en Washington, por supuesto quien no rinda con sus calificaciones sera "degradado" por sus profesores con la perentoria sentencia de servir solo "para sembrar papas", sembrando en esas mentes arrogantes y estrechas de sus especiales educandos la idea de que esas"labores" y otras parecidas no son aptas para su "rango",otro motivo mas para mirar con cierto desprecio a quienes no pertenecen a su "clase" de intocables.
Las jovenes,pispiretas y alebrestadas damitas, tienen tambien su trato "especial" se respetan sus capriuchitos, como leyes, se les educa ,enseña y entrena en ciencias de "glamour", y belleza,son preparadas para ser unas "Lady D" que emularian a la perfeccion con la de Inglaterra.
Las universidades "criollas" no satisfacen a sus dediparados padres,los jovenes iran al exterior a empaparse de cultura y desarrollo,ni mas faltaria,perfeccionan su idioma y vida social , aprenden algo o mucho que luego en su pais sera inaplicable o poco practico pero regresaran con grandes diplomas, costunbres sofisticadas a pelear por un ministerio o direccion de gran empresa estatal donde puedan demostrar sus grandes logros, naturalmente en campos de golf y clubes sociales donde estaran en "juntas" permanentes.
Mauricio, si aun asi,con todas estas ataduras ,mas el permanente estado de guerra e inseguridad, podemos mostrar al mundo un pais grande en permanente desarrollo, es para creer en el claro futuro que depara a nuestra bellisima y amada Colombia.
Bien vale la pena apoyar los cambios,y reestructuraciones necesarias para encausar a nuestro pais hacia el desarrollo pleno.
Simpliciano
septiembre 06, 2006 7:45 AM
Gmar dijo...
Lamentablemente nos es un fenómeno único en Colombia, ni siquiera de latinoamérica, es un desafortunado fenómeno universal aun en países desarrollados: La cirugía que más se practican en Japón es la de párpados, pues los japoneses, otrora orgullosos de su raza, reniegan de su característica racial de ojos oblicuos y pequeños y quieren parecer occidentales.Así como en nuestro país se piensa que sin tetas grandes no hay paraíso y lo primero que hacen es hacerse cirugia del busto, en Japón piensan que sin ojos grandes no hay paraíso.
Los medios de comunicación de países como Estados Unidos imponen, muchas veces sin proponérselo, los patrones de conducta y moda, y se convierten en modelos para imitar por los demás países. El 90% de las películas que se ven en el mundo son creadas en E.U. (Un dato curioso: el pais que produce más peliculas al año no es E.U, como pudiera pensarse sino la India), y por ello conocemos más de sus costumbres que de nuestros propios países.
Los jóvenes por su incipiente formacion, son los mas vulnerables a ser influidos por las modas, y el idioma español ha sido la gran victima. Un artículo reciente de Daniel Samper Pizano, (excelente columnista cuando no se le da por caer en la moda de despotricar contra Uribe) trata el problema de la intromisión del inglés en el comercio de Bogotá, recomiendo que lo lean.
La consigna es parecerse lo menos posible a lo que se es. Para un joven no estructurado mentalmente, que son la mayoría, no hay nada más vergonzoso que una canción en español. ¡Qué oso, escuchar música en español!
El jueguito es simple: la clase alta trata de parecer lo más que pueda a los americanos, en sus modas, costumbres, idioma y ropas. Añoran la nieve y cuando al norte de Bogotá cae granizo, salen con las ropas de invierno a hacer bolas de nieve (a falta de nieve granizo, que se le va a hacer), halloween, thanksgiving, no hay colegio estrato 6 que no tenga su grupo de “cheerleaders”para participar en el concurso anual, y el término “prom” se afianzó en todos los colegios, etc.La clase media trata de imitar a la alta, y la baja a la media. Esa es la cadena
septiembre 06, 2006 11:17 AM
Stella dijo...
Estamos de acuerdo. Y es muy difícil no dejarse contaminar y menos ahora con la globalización.
Y también es cierto, que la cultura norteamericana es bastante diferente a la nuestra.
Nosotros somos más relajados, expresamos más nuestros sentimientos, todavía son pocos los que mandan a los viejos a los ancianatos. Cosa que allá es muy común y conservamos la cercanía entre la familia.
Yo no les envidio nada,. A mi casa llega seis meses al año un norteamericano amigo. Tiene muchas cualidades que aprecio en una persona: La honestidad, la organización, la responsabilidad, el trabajo, el sentido de pertenencia, el valor para superar las dificultades, la independencia económica y sicológica. Cosa que puede ser general en la cultura Norteamericana. Ese pais lo que tiene no le ha caido del cielo, es fruto de sus sueños y su esfuerzo por alcanzarlo.
Pero el materialismo los asfixia. Son victimas de su invento.
Los Colombianos estamos mirando lo que no nos pertenece y por ésta razón lo que nos pertenece lo estamos perdiendo.
Por ésto admiro a Juanes. Ejemplo de lo que es un Colombiano orgulloso de su patria. No se ha tenido que teñir el pelo de amarillo, no ha tenido que cantar en inglés pero ha logrado sus metas. Yo me atrevería a decir que es un Colombiano con valores gringos.
Si tuviera nuestros valores distorcionados,. Un revoltillo de ideales que en lugar de ayudar perjudican, posiblemente no hubiese pasado de papayera de pueblo.
Aquí muchos Colombianos se creen gringos con antivalores. Pues le creen mucho a lo que muestran los medios cosa que no es cierta.
YO AMO A COLOMBIA Y LA SUEÑO PROSPERA,LIBRE Y JUSTA Y CONTRA VIENTO Y MAREA LLEGAREMOS.
Pasar las noches en el rodadero, bañarse en el mar de taganga, visitar la ciudad amurallada, subir a Minca en la sierra nevada de Santa Martha, disfrutar del clima de Bogotá, de los buenos anfritiones que son los antioqueños, visitar los hermosos pueblitos de Santander, los atardeceres en Puerto Colombia que son maravillosos, de la expontaneidad de los barranquilleros que siempre llegan tarde a las citas y si sigo escribiendo no termino.
septiembre 06, 2006 4:48 PM
Dragón Negro dijo...
Definitivamente SIMPLI y llanamente el reo, ha sido evaluado por los forenses quienes han concluido que en efecto es inimPUTAble.
Al dictamen se anexó la radiografía de un extraño cromosoma hallado en lo más profundo de la siquis del acusado y defensor del majestuosismo.
El mundo cientifico se encuentra conmovido por tal hallazgo al que se le ha dado el nombre de : "DONDEMÁS ME ESCONDUS TOY MUERTO CASTAÑUS".
Gracias a la avanzada tecnologia de marcación de semoviente emigrante se logró una primera imagen del extraño bicho del que es portador el inimPUTAble:
http://www.animationplayhouse.com
/kimskulltr.gif
septiembre 06, 2006 8:42 PM
m t dijo...
Estoy de acuerdo con lo necesario que es tener identidad, ser un individuo, pero con caracteristicas culturales mas similares a su medio.
Eso se puede apreciar incluso en el contexto familiar, o en la influencia de la cultura familiar en el desarrollo de sus miembros.
Pero en el mundo actual la situacion es menos drastica, y es algo que observamos en la juventud en general.
En Colombia y latinoamerica la situacion exagerada puede ser producto del aislamiento prolongado y las enormes diferencias economicas y sociales. Y creo que si esa diferencia disminuye sera mas homogenea la identidad, y mas fuerte como pais.
Asi es que reinforzar lo positivo resulta en acentuar ese rasgo particular.
Pero algo que siempre he notado entre colombianos es la tendencia a reinforzar lo negativo en el interlocutor, lo que es una tecnica desvastadora, y de dominacion. La otra persona NUNCA tiene la razon, nunca hace lo correcto, lo que es muy irritante. Ejemplito: usted va a recibir un servicio, asi sea de corte de cabello, y en vez de complacer al cliente siempre el peluquero quiere decir que hacer. Eso mismo se repite en el vestir, en la educacion, en los modales, etc.
Asi no se permite el desarrollo del individuo sino que se restringe y moldea a imagen y semejanza de quien manipule ese 'poder'.
Y eso aplica en politica y demassss...
Lo de cambiar el fisico, al menos en las mujeres, puede ser resultado de las exigencias del 'consumidor' masculino, ya que la paga por la perfeccion tienen que aprovecharla como metodo de dinero rapido. No es lo mismo que la mentalidad del negocio ilicito?
Y eso tambien se da en los paises 'avanzados'. Triste, pero es asunto de dinero.
septiembre 07, 2006 12:19 AM
Stella dijo...
Muy cierto lo que dices M.T y lo que antes criticaban los hombres de las mujeres, ahora les fascina.
septiembre 07, 2006 11:40 AM