Pánico
27 junio 2006
Por: Miguel Yances Peña. Columnista de El Universal de Cartagena. Especial para Atrabilioso.
Sería más fácil explicar los fenómenos macroeconómicos que se han venido presentando desde inicios de año, a partir de la incertidumbre que provocan los procesos electorales: cuando se temen cambios tan profundos como los que se esperaban de haber triunfado la izquierda, los capitales se empiezan a retirar de la economía anticipando los hechos. Pero ese no es el caso de Colombia. Siempre se dio por descontado que el Presidente sería reelegido, y que el fenómeno, si fuera por el temor de que no, debía reversarse una vez conocidos los resultados.
No ha sucedido así. La caída de precios en la bolsa ha sido tan pronunciada y sostenida, que en dos ocasiones ha habido que suspender las subastas antes del cierre; y el dólar sube más rápido que cuando cayó durante los últimos dieciocho meses.
Todo parece indicar, más bien, que lo que hay es una fuga de capitales, propiciado por tres factores: uno externo y dos internos. El factor externo, la elevación de las tasas de interés en los Estados Unidos que jalonan los dólares de regreso a casa; y los internos, la norma que exigía doce meses de permanencia a los capitales golondrinos, y un fenómeno que se da en los mercados bursátiles y que se denomina “toma de utilidades”, que consiste en que cuando los especuladores perciben que los precios han tocado techo, comienzan a vender para asegurar sus ganancias.
La bolsa presta un porcentaje de lo que se tenga invertido, tomándolo como garantía. Cuando las acciones caen, puede suceder que se supere el porcentaje máximo de endeudamiento permitido, y solo hay dos maneras de corregirlo: adicionar fondos, o vender parte de los activos y pagar, para mantener el porcentaje de endeudamiento. En el segundo caso, que es el más cómodo, se termina vendiendo activos con precios a la baja. Eso ocasiona a su vez, dos efectos indeseables: 1) el poseedor de las acciones pierde dinero, pues vendió en un mercado a la baja y 2) las ventas forzadas contribuye a la caída de los precios y la caída en los precios produce pánico y más ventas, que refuerzan el fenómeno.Aunque las bolsas de valores son el pulso de la nación en los países desarrollados (a través de ella se anticipa la salud de la economía) no hay que olvidar dos cosas: primera, que la inestabilidad es propia de los mercados, y segunda que una cosa son los precios de las acciones, y otra los dividendos que pagan las compañías.
Los especuladores, que son los responsables de la volatilidad y la bursatilidad, le apuestan al precio de la acción: compran barato y venden caro tantas veces como puedan, en cortos periodos de tiempo. Las bolsas de valores disponen de múltiples herramientas (opciones de futuros, sell short, trailing price, entre otras.) para facilitarlo.
Los inversionistas institucionales, que son los verdaderos dueños, cierran los ojos a estas volatilidades y le apuesta al crecimiento de las empresas, y a los dividendos que generan que también se expresan, en el largo plazo, en mayor valor de las acciones. Para entenderlo, imaginemos las rentas que se pueden obtener del arriendo de un apartamento, versus su precio en el mercado: el precio puede caer porque hay pocos compradores, pero las rentas no.
Aterrizando estos comportamientos naturales, al caso colombiano, la preocupación crece porque este es un mercado pequeño, con pocos especuladores y muchos capitales golondrinas que entran produciendo alzas en los precios de los activos bursátiles y reevaluación de la moneda (la historia reciente); hacen sus utilidades, y se van creando el mismo fenómeno, pero inverso: caída de precios de los activos bursátiles y devaluación del peso frente al dólar.
Pero mirándolo positivamente, la devaluación que provoca su fuga, hace más competitiva a la nación, lo cual atrae inversión extranjera, y aumenta las exportaciones, efectos que junto con la caída de los precios de los activos, actúan como fuerzas que invierten la tendencia.
De ser así, y si se firma el TLC, pronto tendremos otro rally, y reevaluación de la moneda, como consecuencia del crecimiento económico. Por lo tanto es mejor no intervenir, a no ser que sea para permitir que las leyes económicas actúen con libertad.
Sería más fácil explicar los fenómenos macroeconómicos que se han venido presentando desde inicios de año, a partir de la incertidumbre que provocan los procesos electorales: cuando se temen cambios tan profundos como los que se esperaban de haber triunfado la izquierda, los capitales se empiezan a retirar de la economía anticipando los hechos. Pero ese no es el caso de Colombia. Siempre se dio por descontado que el Presidente sería reelegido, y que el fenómeno, si fuera por el temor de que no, debía reversarse una vez conocidos los resultados.
No ha sucedido así. La caída de precios en la bolsa ha sido tan pronunciada y sostenida, que en dos ocasiones ha habido que suspender las subastas antes del cierre; y el dólar sube más rápido que cuando cayó durante los últimos dieciocho meses.
Todo parece indicar, más bien, que lo que hay es una fuga de capitales, propiciado por tres factores: uno externo y dos internos. El factor externo, la elevación de las tasas de interés en los Estados Unidos que jalonan los dólares de regreso a casa; y los internos, la norma que exigía doce meses de permanencia a los capitales golondrinos, y un fenómeno que se da en los mercados bursátiles y que se denomina “toma de utilidades”, que consiste en que cuando los especuladores perciben que los precios han tocado techo, comienzan a vender para asegurar sus ganancias.
La bolsa presta un porcentaje de lo que se tenga invertido, tomándolo como garantía. Cuando las acciones caen, puede suceder que se supere el porcentaje máximo de endeudamiento permitido, y solo hay dos maneras de corregirlo: adicionar fondos, o vender parte de los activos y pagar, para mantener el porcentaje de endeudamiento. En el segundo caso, que es el más cómodo, se termina vendiendo activos con precios a la baja. Eso ocasiona a su vez, dos efectos indeseables: 1) el poseedor de las acciones pierde dinero, pues vendió en un mercado a la baja y 2) las ventas forzadas contribuye a la caída de los precios y la caída en los precios produce pánico y más ventas, que refuerzan el fenómeno.Aunque las bolsas de valores son el pulso de la nación en los países desarrollados (a través de ella se anticipa la salud de la economía) no hay que olvidar dos cosas: primera, que la inestabilidad es propia de los mercados, y segunda que una cosa son los precios de las acciones, y otra los dividendos que pagan las compañías.
Los especuladores, que son los responsables de la volatilidad y la bursatilidad, le apuestan al precio de la acción: compran barato y venden caro tantas veces como puedan, en cortos periodos de tiempo. Las bolsas de valores disponen de múltiples herramientas (opciones de futuros, sell short, trailing price, entre otras.) para facilitarlo.
Los inversionistas institucionales, que son los verdaderos dueños, cierran los ojos a estas volatilidades y le apuesta al crecimiento de las empresas, y a los dividendos que generan que también se expresan, en el largo plazo, en mayor valor de las acciones. Para entenderlo, imaginemos las rentas que se pueden obtener del arriendo de un apartamento, versus su precio en el mercado: el precio puede caer porque hay pocos compradores, pero las rentas no.
Aterrizando estos comportamientos naturales, al caso colombiano, la preocupación crece porque este es un mercado pequeño, con pocos especuladores y muchos capitales golondrinas que entran produciendo alzas en los precios de los activos bursátiles y reevaluación de la moneda (la historia reciente); hacen sus utilidades, y se van creando el mismo fenómeno, pero inverso: caída de precios de los activos bursátiles y devaluación del peso frente al dólar.
Pero mirándolo positivamente, la devaluación que provoca su fuga, hace más competitiva a la nación, lo cual atrae inversión extranjera, y aumenta las exportaciones, efectos que junto con la caída de los precios de los activos, actúan como fuerzas que invierten la tendencia.
De ser así, y si se firma el TLC, pronto tendremos otro rally, y reevaluación de la moneda, como consecuencia del crecimiento económico. Por lo tanto es mejor no intervenir, a no ser que sea para permitir que las leyes económicas actúen con libertad.
6 comentarios
Realista dijo...
Muy buen articulo, pero Dios mio!!! toca leerlo con cuidado para enteder este juego del mercado. Para los no entendidos en estos temas, nos es mejor dejar la platica en otros menesteres, pero que envidia para los que lo dominan.
Gracias
junio 27, 2006 2:28 PM
El usuario anónimo dijo...
Gracias Realista por tu coimentario. Traté de ser los mas claro posible. No es tan complucado........ pero entiendo que haya que darle una releida.
MIGUEL
junio 27, 2006 3:56 PM
El usuario anónimo dijo...
en mi opinion, la anunciada subida de intereses en EU es innecesaria y cruel, solo beneficia a los prestamistas que cobran mas con el dinero mas barato que ya tienen reservado de antes de la ultima subida, la mayoria de los economistas esta de acuerdo en que la inflacion real en EU es del 1% al 1.3 % , el resto es el absurdo coste de la energia por los precios del gas y petroleo,dinero que los "hedge funds" administran para los exportadores,refinerias y distribuidores de hidrocarburos comprando las mejores piezas de la industria y economia europea y americana con su propio dinero,subir intereses sin eliminar la adiccion europea y americana a este gas y petroleo es criminal!
junio 27, 2006 4:28 PM
El usuario anónimo dijo...
MUY BUENO SU ARTICULO, EL MERCADO SIEMPRE RESULTA MAS SABIO QUE LA IMPERTENENCIA DEL HOMBRE NECIO.
junio 27, 2006 4:53 PM
El usuario anónimo dijo...
¿Y CUANDO LOS HOMBRES NECIOS MANEJAN EL MERCADO, COMO LO PODEIS VER AHORA?
junio 27, 2006 6:44 PM
stella dijo...
La cuestión de la bolsa siempre fué un tema que me causaba intriga. Desconocido para mi. Pero en la vida todo es desconocido hasta que te haces el propósito de aprenderlo. Siempre le he dicho a mis hijos nunca teman preguntar cuando no sepan, la primera vez pasaran por ignorantes pero después enseñaran. Nunca había tenido la oportunidad de que alguién me esplicara de manera "pueblo" éste tema, pero un día se me dió esa oportunidad.
En estos momentos las bolsas de muchos países estan en el sube y baja. Bastante inestables. Y el nerviosismo a quedar en la calle hace que los accionistan vendan o mejor dicho regalen sus acciones por temor a quedar sin nada lo cuál es aprovechado por los inversionistas para comprar a precio de huevo y cuando suben las acciones venden a precio de pollo. Haciendose a buenas ganancias.
Oyendo el otro día a un asesor el decía que usted solo debe invertir en la bolsa el dinero que le sobra. Es decir dinero que si lo pierde no lo vá a dejar en la ruina y por ende puede aguantar las bajas y no vender a precio de huevo.
No mire las acciones como un ahorro, las acciones son inversiones que usted tiene . Como puede ganar, como puede perder. Y aquí si diríamos que son muy importantes las dos inteligencias: La emocional y la intelectual.
Posiblemente se queden sorprendidos pero leí de una fuente muy seria que a las mujeres lo único que les falta es aprender a jugar bien el futbol. Porque son mejores inversoras que los hombres.
Estudios norteamericanos demuestran que las mujeres obtienen un mejor rendimiento en las cuentas de ahorro.
En cuestiones de bolsa los hombres invierten más que las mujeres pero obtienen menor rentabilidad.
Porque razón? porque son cortoplacistas. Es decir todo lo quieren ya.!! igual que en el sexo...
Por ésta razón pierden más cuando la bolsa cae y ganan menos cuando la bolsa sube.
Las mujeres invierten menos, pero son más inteligentes al hacerlo. No temen buscar asesoría. Su inseguridad al invertir hacen que tengan más cuidado al momento de comprar acciones. Y tienen paciencia.
En terminos generales en cuestiones de bolsa las mujeres invierten, los hombres apuestan.
Espero mis amigos que no se sientan ofendidos, pero que le vamos a hacer si así nos dotó la naturaleza???
junio 27, 2006 11:18 PM