Pasiones políticas: entretenimiento del poder para perpetuar el infierno
08 mayo 2006
Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.
Mientras la nación se debate entre las ideas de izquierda y de derecha, el poder de la corrupción y del narcotráfico se fortalecen y profundiza la distracción de los ciudadanos en una discusión que no aborda los problemas sustantivos del país.
Que ahora se ventilen los vínculos del paramilitarismo con los círculos del poder no puede ser tampoco una máscara para ocultar que esos vínculos no solo están en la extrema derecha, sino también en su aparente enemigo.
De hecho las FARC son un verdadero cartel de la droga que tiene influencia, poder y penetración política en varias zonas del país… como los paramilitares. Sin embargo, esta situación es ocultada (silenciada) por los interesados en prolongar las pasiones y, porqué no, revivir aquellos aciagos tiempos de la violencia partidista, ahora actualizada entre izquierda y derecha.
Sin embargo, mientras los ciudadanos entramos en un círculo de ofensas, descalificaciones y señalamientos, (como pasó en los años 30, 40 y 50), los verdaderos usufructuantes del poder permanecen tranquilos, viendo juntos como el país se divide para que ellos sigan venciendo.
Es más: deben esperar ansiosos el momento en que de las palabras se pase a la acción y comiencen a aparecer, masivamente, muertos de uno y otro bando que no pertenezcan a los actores armados: civiles, como usted o como yo, seríamos las víctimas de esa guerra que ahora no se identifica con colores sino con direccionales.
Es que la reedición de la violencia política incrementaría las utilidades de varios de sus negocios.
Entonces, lo importante para los ciudadanos es tener claro que hay una obligación que nos corresponde asumir, porque esa tarea no les interesa a los que ostentan el poder político y económico: evitar el infierno de una confrontación civil en la que la nación resultaría más que perdedora, mientras los parásitos del poder ganarían en todo sentido.
Lo primero es asumir, como ciudadanos, el compromiso de evitar que alguno de los sectores que sirven de brazos armados al narcotráfico y al poder dominante y excluyente, lleguen y se perpetúen en el poder, pues cualquiera de las dos opciones, FARC o AUC (¿AUI?) serían el infierno para la sociedad colombiana.
Es que mientras los colombianos nos debatimos entre la izquierda y la derecha, los ganadores de esa discusión son los parásitos del poder, que no verían afectados sus intereses en la derrota de uno u otro bando, pues desde ya mantienen un prudente equilibrio en el manejo de las facciones extremistas mientras el país se desangra.
El caso más evidente es el manejo de los medios de comunicación: ¿quiénes son los dueños de los medios? A esos propietarios, en teoría, no les convendría el ascenso de un gobierno de izquierda que debilite la economía de mercado y fortalezca el control estatal. Tampoco les sería útil un gobierno de derecha que restrinja libertades y amenace con censura, pues la poquísima credibilidad que les queda, sería liquidada por esa opción.
Sin embargo, esos propietarios son los mismos que permiten y patrocinan los escándalos de un lado hoy y del otro mañana, para mantener sus privilegios y su poder intacto, en un juego macabro en el que le brindan circo al pueblo para mantenerlo ocupado y distraído de los problemas reales que enfrenta el país.
¿Es posible entender que Alejandro Santos, sobrino del vicepresidente Francisco Santos, sea el director de Semana, uno de los medios destacados de la oposición a Uribe? ¿Acaso Alejandro Santos no es también sobrino de Juan Manuel Santos, el líder de la U? ¿Quiénes son los nuevos propietarios de la revista Cambio? La Casa Editorial de El Tiempo, es decir, los Santos.
Entonces, la poderosa familia Santos, estratégicamente, prende unas velas a dios y otras al diablo: con unas alumbran a la oposición y con las otras muestran su rostro al oficialismo. Sin embargo, cruel paradoja, los opositores “alaban” la independencia de Semana, sin ver un poco más arriba en la pirámide de poder que esa revista maneja.
Esa familia parece más bien un partido político con una enorme vocación de poder: se podría hablar más bien del santismo contra los demás.
Otro de los medios opositores más caracterizados es El Espectador: ¿quién es el propietario? Julio Mario Santodomingo, una de las más generosas chequeras en la anterior campaña presidencial. Sin embargo, El Espectador, casi unánimemente, publica todo lo que dice la oposición.
Así, don Julio Mario enciende una vela radicalizadota en cada extremo.
Es bueno recordar que los medios son los encargados de hacer y perpetuar los escándalos, no como un ejercicio de libertad de prensa (seguramente los periodistas no son concientes de esto) sino como un combustible constante para avivar las pasiones y la polarización.
¿Quiénes ganan con lo que está pasando en Colombia? Indudablemente ninguno de los candidatos, pues la polarización lleva a mostrar las desventajas y debilidades de todos los aspirantes, a sacar “los trapitos al sol”, a la miopía y a la exageración.
Tampoco ganamos los ciudadanos, que estamos presos de la ceguera que nos están imponiendo y de la realidad virtual que nos están vendiendo para convertirnos en participantes de la polarización que genera caos, distorsión y desorientación en la nación.
De un lado, los ganadores son los narcotraficantes, los más altos y encubiertos, que manejan al público para que crea lo que a ellos les conviene: hoy la conveniencia está en destacar el narcotráfico de los paramilitares y generar ingobernabilidad en el país; mañana, el narcotráfico (según sus designios) será exclusivo de la guerrilla y será un ingrediente fuerte para no permitir la libertad y autonomía del gobierno.
Otros ganadores son los dueños de los medios, que con cada escándalo venden más y nutren sus cuentas con generosos ceros a la derecha, pues sus lealtades están, no con la verdad ni con el país, sino con sus bolsillos.
Entonces, no importa quien gane o pierda, porque el verdadero poder estará protegido, gracias a las venias y coqueteos que han hecho a lado y lado para vender conflictos y apasionar a los seguidores de uno y otro bando, con fines mercantilistas y de conservación del poder.
Mientras la nación se debate entre las ideas de izquierda y de derecha, el poder de la corrupción y del narcotráfico se fortalecen y profundiza la distracción de los ciudadanos en una discusión que no aborda los problemas sustantivos del país.
Que ahora se ventilen los vínculos del paramilitarismo con los círculos del poder no puede ser tampoco una máscara para ocultar que esos vínculos no solo están en la extrema derecha, sino también en su aparente enemigo.
De hecho las FARC son un verdadero cartel de la droga que tiene influencia, poder y penetración política en varias zonas del país… como los paramilitares. Sin embargo, esta situación es ocultada (silenciada) por los interesados en prolongar las pasiones y, porqué no, revivir aquellos aciagos tiempos de la violencia partidista, ahora actualizada entre izquierda y derecha.
Sin embargo, mientras los ciudadanos entramos en un círculo de ofensas, descalificaciones y señalamientos, (como pasó en los años 30, 40 y 50), los verdaderos usufructuantes del poder permanecen tranquilos, viendo juntos como el país se divide para que ellos sigan venciendo.
Es más: deben esperar ansiosos el momento en que de las palabras se pase a la acción y comiencen a aparecer, masivamente, muertos de uno y otro bando que no pertenezcan a los actores armados: civiles, como usted o como yo, seríamos las víctimas de esa guerra que ahora no se identifica con colores sino con direccionales.
Es que la reedición de la violencia política incrementaría las utilidades de varios de sus negocios.
Entonces, lo importante para los ciudadanos es tener claro que hay una obligación que nos corresponde asumir, porque esa tarea no les interesa a los que ostentan el poder político y económico: evitar el infierno de una confrontación civil en la que la nación resultaría más que perdedora, mientras los parásitos del poder ganarían en todo sentido.
Lo primero es asumir, como ciudadanos, el compromiso de evitar que alguno de los sectores que sirven de brazos armados al narcotráfico y al poder dominante y excluyente, lleguen y se perpetúen en el poder, pues cualquiera de las dos opciones, FARC o AUC (¿AUI?) serían el infierno para la sociedad colombiana.
Es que mientras los colombianos nos debatimos entre la izquierda y la derecha, los ganadores de esa discusión son los parásitos del poder, que no verían afectados sus intereses en la derrota de uno u otro bando, pues desde ya mantienen un prudente equilibrio en el manejo de las facciones extremistas mientras el país se desangra.
El caso más evidente es el manejo de los medios de comunicación: ¿quiénes son los dueños de los medios? A esos propietarios, en teoría, no les convendría el ascenso de un gobierno de izquierda que debilite la economía de mercado y fortalezca el control estatal. Tampoco les sería útil un gobierno de derecha que restrinja libertades y amenace con censura, pues la poquísima credibilidad que les queda, sería liquidada por esa opción.
Sin embargo, esos propietarios son los mismos que permiten y patrocinan los escándalos de un lado hoy y del otro mañana, para mantener sus privilegios y su poder intacto, en un juego macabro en el que le brindan circo al pueblo para mantenerlo ocupado y distraído de los problemas reales que enfrenta el país.
¿Es posible entender que Alejandro Santos, sobrino del vicepresidente Francisco Santos, sea el director de Semana, uno de los medios destacados de la oposición a Uribe? ¿Acaso Alejandro Santos no es también sobrino de Juan Manuel Santos, el líder de la U? ¿Quiénes son los nuevos propietarios de la revista Cambio? La Casa Editorial de El Tiempo, es decir, los Santos.
Entonces, la poderosa familia Santos, estratégicamente, prende unas velas a dios y otras al diablo: con unas alumbran a la oposición y con las otras muestran su rostro al oficialismo. Sin embargo, cruel paradoja, los opositores “alaban” la independencia de Semana, sin ver un poco más arriba en la pirámide de poder que esa revista maneja.
Esa familia parece más bien un partido político con una enorme vocación de poder: se podría hablar más bien del santismo contra los demás.
Otro de los medios opositores más caracterizados es El Espectador: ¿quién es el propietario? Julio Mario Santodomingo, una de las más generosas chequeras en la anterior campaña presidencial. Sin embargo, El Espectador, casi unánimemente, publica todo lo que dice la oposición.
Así, don Julio Mario enciende una vela radicalizadota en cada extremo.
Es bueno recordar que los medios son los encargados de hacer y perpetuar los escándalos, no como un ejercicio de libertad de prensa (seguramente los periodistas no son concientes de esto) sino como un combustible constante para avivar las pasiones y la polarización.
¿Quiénes ganan con lo que está pasando en Colombia? Indudablemente ninguno de los candidatos, pues la polarización lleva a mostrar las desventajas y debilidades de todos los aspirantes, a sacar “los trapitos al sol”, a la miopía y a la exageración.
Tampoco ganamos los ciudadanos, que estamos presos de la ceguera que nos están imponiendo y de la realidad virtual que nos están vendiendo para convertirnos en participantes de la polarización que genera caos, distorsión y desorientación en la nación.
De un lado, los ganadores son los narcotraficantes, los más altos y encubiertos, que manejan al público para que crea lo que a ellos les conviene: hoy la conveniencia está en destacar el narcotráfico de los paramilitares y generar ingobernabilidad en el país; mañana, el narcotráfico (según sus designios) será exclusivo de la guerrilla y será un ingrediente fuerte para no permitir la libertad y autonomía del gobierno.
Otros ganadores son los dueños de los medios, que con cada escándalo venden más y nutren sus cuentas con generosos ceros a la derecha, pues sus lealtades están, no con la verdad ni con el país, sino con sus bolsillos.
Entonces, no importa quien gane o pierda, porque el verdadero poder estará protegido, gracias a las venias y coqueteos que han hecho a lado y lado para vender conflictos y apasionar a los seguidores de uno y otro bando, con fines mercantilistas y de conservación del poder.
8 comentarios
El usuario anónimo dijo...
Descubriendo que el agua moja...
Lástima que el 80% del poder, no pasa por los medios. Es una ínfima parte, pero como la mecha de un barril de pólvora, es lo que mas atrae en su camino hacia el barril. Como dijo alguien por ahí. Los jóvenes siempre se quedan admirando el resplandor de esa chispa. Jóvenes en que sentido será? el de mentes jóvenes o el de cuerpos y mentes jóvenes? Gracias a Diosito y a la Virgensita que el hombre pudo hacer política sin existir medios de comunicación masivos durante cientos y cientos de años... tantos cientos que se volvieron miles. No se desanime, que por aqui vamos bien. Otro buen paso es tirar el televisor a la basura y la radio. Pero en serio, esto de los blogs es como tener muchos ojos en muchas partes que le dan reportes distintos de lo que ven. Podriamos jugar a los reporteritos pero sin la parte analítica. Así, cada cual verá, de hecho creo que por ahi existe un canal más o menos asi. Solo imagenes de sucesos y nada más. Ya no es televisión sino un simple monitor. Creo que por ahi la cosa va mucho mejor. Creo que lo mejor que le podemos hacer a todas esas familias que nombra en su escrito es no seguirles el juego. Y si se fija, la estrategia presidencial de no conceder entrevistas a medios escritos y de manejar por intermedio de esas familias las noticias televisadas se dará cuenta que en su estrategia no contemplan los que se den cuenta de lo que usted descubrió. Y esos, parece ser que son cada vez más que los otros. La democracita ahi funcionando como matemáticas. Entonces cuando sean más los que descubran lo que usted descburió, depronto nos estalla ese barrilito que usted comenzó a vislumbrar en su post.
mayo 07, 2006 11:23 PM
Realista dijo...
Mejor no se hubiese podido decir, la deslealtad de los dueños de los medios de comunicacion en Colombia, con su mismo pais es ENORME!!!. A cada rato dan muestras de lo poco que les interesa el pais, de su egoismo, su ambicion, de lo bajo que han caido en egocentrismo de perpetuarse en el poder mientras miran la miseria de sus conciudadanos. Y es por esta clase de ciudadanos camuflados que el pais sigue en los mismos errores, jugando su juego y dilatando soluciones.
mayo 08, 2006 7:02 AM
m t dijo...
Buenos dias.
De acuerdo con su analisis sobre el tema de los medios. En realidad los que tienen el poder mediatico lo manejan como el negocio que es, y naturalmente velaran por su interes comercial. Aunque en teoria sea un servicio que se le hace a la comunidad creo que siempre prevalecera el interes personal.
El enorme problema, aunque es muy sutil su efecto, es que lidia con las masas y por ese impacto es frustrante a aquel que lo note, o que tenga el coraje de exponerlo.
Dada la evolucion de la comunicacion, y gracias a internet, es hoy posible contrrarestar algo ese poder, y asi favorecer un poco la expresion de esa misma masa que absorbe el producto que se 'vende'.
Hay que reconocer que esos medios tradicionales han incorporado en sus canales metodos de expresion de los lectores, que son los foros de opinion/comentarios. Y aunque no influenciara mucho el codigo del servicio y mercadeo de ese negocio en algo les impacta (rating de determinada propaganda o propagandista).
Y por otro lado esta la fuerza popular que los contrarresta, los blogs. Pero tambien se nota la retroalimentacion que se da, y que tambien es un combate sutil, que es mejor llevar con cuidado, porque desafortunadamente quedan en desventaja los que estan fuera de ese poder.
Sin embargo, para no frustrarse tanto hay que recordarnos, que la comunidad tiene la fuerza del numero, del interes propio como comunidad con anhelos fuertes de mejorar, y el la red como mejor aliado para ejercer impacto rapido a muchos que necesitan entender un poco mas el juego del poder, ya no como politica de papel tradicional sino como efecto real sobre sus vidas.
Asi creo que podemos arrivar mejor a nuestras propias conclusiones y decisiones de elejir ese poder que nos mandara, pero que podemos fiscalizar, y hacerle control.
Creo que la comunicacion es la extension natural del campo de batalla ideologica y fisica, y de sus consecuentes barbaries.
mayo 08, 2006 8:57 AM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN AL ANÓNIMO DE LAS 11:23 P.M.
Es una lástima que el 80% de los medios no tengan el poder de SOLO UNA CASA EDITORIAL: los medios en provincia sufren enormemente y es heróico lo que hacen para sobrevivir.
A lo anterior súmele las amenazas de grupos armados ilegales, políticos, corruptos, contratistas y del mismo Estado y tendrá que ese 80% (yo diría que todos los medios excepto tres grandes) sobrevive por un acto de fe.
La frase del sentido de jóvenes me recuerda a mi maestro que hacía la distinción entre jóvenes y muchachos.
Coincido con usted en que no hay que seguir el juego, o por lo menos, tener claro lo que están haciendo... como en la publicidad.
Gracias por sus comentarios.
mayo 08, 2006 9:49 AM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A REALISTA:
Desde mi perspectiva, creo que NUNCA ha existido lealtad de los propietarios de los grandes medios. Por el contrario, mueven sus intereses y calculan los números en sus chequeras... nada más.
Coincido también en que hay una irresponsabilidad calculada para beneficiarse de las debilidades del país.
Gracias por sus comentarios.
mayo 08, 2006 9:52 AM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A MARY T:
Yo creo que más que una batalla entre los grandes medios y los insignificantes medios en la red, lo que podremos hacer es intentar generar un equilibrio, mediante el señalamiento y la crítica constante.
Por eso creo que la tarea de los blogs y de los medios en red es seria y debe asumirse con responsabilidad.
En cuanto al asunto comercial, tengo la certeza de que la seriedad y la congruencia generan credibilidad y esta, a su vez, promueve el número de lectores que es en últimas lo que interesa a los anunciantes.
Gracias por sus comentarios.
mayo 08, 2006 9:59 AM
Dibolledo dijo...
Que buen tema y que complicado el manejo del mismo.
Es que hay cosas que se consumen masivamente y hay otras que son especializadas y que (¿lastimosamente?) le interesan a una gran minoría. Por ejemplo el cine comercial y el cine-arte y/o cine independiente. El primero es fácil de digerir, posee todos los medios para hacerse, es atractivo y vende miles de millones; el segundo al comienzo parece un trago amargo, es complicado de realizar, pero deja una enseñanza duradera y una agradable sensación.
Eso mismo pasa con lo que Atrabilioso expone: están los periódicos o los noticieros que se rellenan con lo que mas se puede: Sangre, sexo, muertos, tiros, escándalos y al final como postre la cara amable con los chismecillos de la farándula.
Y están los blogsarte (jeje!) que no tienen muchos periodistas y a una sola persona (o muy pocas) tiene que devanarse los sesos para entregar algo con responsabilidad y la mayor dosis de honestidad posible.
Y ahora estamos los consumidores de estas dos cosas: del primero somos todos; del segundo ya se reduce la cosa, ya que para opinar (caso Atrabilioso) hay que analizar, sopesar y después hablar, mientras que en el foro de El Tiempo uno se puede explayar en solecismos, vulgaridades, calumnias y al final salirse con la suya….
Voy a todo esto porque ya he recibido dos mail de cadena o “forwards” con “profundos análisis” del diario acontecer socio-político-cultural. El primero me invitaba a mí y a todos los que estaban en C.C. (con copia) a un boicot el 1 de mayo. Lo leí, lo analicé y envié una contestación al remitente original (aparentemente el original) y me metí en una discusión bastante larga, pero creo que al final productiva…
Ahora he recibido un segundo “forward” invitándome a no botar por Uribe y dan 50 razones, (aunque serian menos porque algunas se repiten, solo que cambian un poco la redacción y listo). Me gustaría analizar cada uno de los puntos pero la verdad me tomaría años, si alguien quiere ayudarme se lo agradecería…
mayo 08, 2006 8:38 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A DIBOLLEDO:
El mismo documento rondó por diferentes correos durante meses. Yo he intentado analizar el dichoso documento (incluso le prometí una respueta a quien me lo envió), pero analizar el asunto y responderlo, ha requerido información.
Este fin de semana terminaré de responderlo y se lo enviaré gustoso.
Un abrazo y gracias por sus comentarios.
mayo 08, 2006 10:33 PM
Por Jaime Restrepo. Director Sistema Atrabilioso.
Mientras la nación se debate entre las ideas de izquierda y de derecha, el poder de la corrupción y del narcotráfico se fortalecen y profundiza la distracción de los ciudadanos en una discusión que no aborda los problemas sustantivos del país.
Que ahora se ventilen los vínculos del paramilitarismo con los círculos del poder no puede ser tampoco una máscara para ocultar que esos vínculos no solo están en la extrema derecha, sino también en su aparente enemigo.
De hecho las FARC son un verdadero cartel de la droga que tiene influencia, poder y penetración política en varias zonas del país… como los paramilitares. Sin embargo, esta situación es ocultada (silenciada) por los interesados en prolongar las pasiones y, porqué no, revivir aquellos aciagos tiempos de la violencia partidista, ahora actualizada entre izquierda y derecha.
Sin embargo, mientras los ciudadanos entramos en un círculo de ofensas, descalificaciones y señalamientos, (como pasó en los años 30, 40 y 50), los verdaderos usufructuantes del poder permanecen tranquilos, viendo juntos como el país se divide para que ellos sigan venciendo.
Es más: deben esperar ansiosos el momento en que de las palabras se pase a la acción y comiencen a aparecer, masivamente, muertos de uno y otro bando que no pertenezcan a los actores armados: civiles, como usted o como yo, seríamos las víctimas de esa guerra que ahora no se identifica con colores sino con direccionales.
Es que la reedición de la violencia política incrementaría las utilidades de varios de sus negocios.
Entonces, lo importante para los ciudadanos es tener claro que hay una obligación que nos corresponde asumir, porque esa tarea no les interesa a los que ostentan el poder político y económico: evitar el infierno de una confrontación civil en la que la nación resultaría más que perdedora, mientras los parásitos del poder ganarían en todo sentido.
Lo primero es asumir, como ciudadanos, el compromiso de evitar que alguno de los sectores que sirven de brazos armados al narcotráfico y al poder dominante y excluyente, lleguen y se perpetúen en el poder, pues cualquiera de las dos opciones, FARC o AUC (¿AUI?) serían el infierno para la sociedad colombiana.
Es que mientras los colombianos nos debatimos entre la izquierda y la derecha, los ganadores de esa discusión son los parásitos del poder, que no verían afectados sus intereses en la derrota de uno u otro bando, pues desde ya mantienen un prudente equilibrio en el manejo de las facciones extremistas mientras el país se desangra.
El caso más evidente es el manejo de los medios de comunicación: ¿quiénes son los dueños de los medios? A esos propietarios, en teoría, no les convendría el ascenso de un gobierno de izquierda que debilite la economía de mercado y fortalezca el control estatal. Tampoco les sería útil un gobierno de derecha que restrinja libertades y amenace con censura, pues la poquísima credibilidad que les queda, sería liquidada por esa opción.
Sin embargo, esos propietarios son los mismos que permiten y patrocinan los escándalos de un lado hoy y del otro mañana, para mantener sus privilegios y su poder intacto, en un juego macabro en el que le brindan circo al pueblo para mantenerlo ocupado y distraído de los problemas reales que enfrenta el país.
¿Es posible entender que Alejandro Santos, sobrino del vicepresidente Francisco Santos, sea el director de Semana, uno de los medios destacados de la oposición a Uribe? ¿Acaso Alejandro Santos no es también sobrino de Juan Manuel Santos, el líder de la U? ¿Quiénes son los nuevos propietarios de la revista Cambio? La Casa Editorial de El Tiempo, es decir, los Santos.
Entonces, la poderosa familia Santos, estratégicamente, prende unas velas a dios y otras al diablo: con unas alumbran a la oposición y con las otras muestran su rostro al oficialismo. Sin embargo, cruel paradoja, los opositores “alaban” la independencia de Semana, sin ver un poco más arriba en la pirámide de poder que esa revista maneja.
Esa familia parece más bien un partido político con una enorme vocación de poder: se podría hablar más bien del santismo contra los demás.
Otro de los medios opositores más caracterizados es El Espectador: ¿quién es el propietario? Julio Mario Santodomingo, una de las más generosas chequeras en la anterior campaña presidencial. Sin embargo, El Espectador, casi unánimemente, publica todo lo que dice la oposición.
Así, don Julio Mario enciende una vela radicalizadota en cada extremo.
Es bueno recordar que los medios son los encargados de hacer y perpetuar los escándalos, no como un ejercicio de libertad de prensa (seguramente los periodistas no son concientes de esto) sino como un combustible constante para avivar las pasiones y la polarización.
¿Quiénes ganan con lo que está pasando en Colombia? Indudablemente ninguno de los candidatos, pues la polarización lleva a mostrar las desventajas y debilidades de todos los aspirantes, a sacar “los trapitos al sol”, a la miopía y a la exageración.
Tampoco ganamos los ciudadanos, que estamos presos de la ceguera que nos están imponiendo y de la realidad virtual que nos están vendiendo para convertirnos en participantes de la polarización que genera caos, distorsión y desorientación en la nación.
De un lado, los ganadores son los narcotraficantes, los más altos y encubiertos, que manejan al público para que crea lo que a ellos les conviene: hoy la conveniencia está en destacar el narcotráfico de los paramilitares y generar ingobernabilidad en el país; mañana, el narcotráfico (según sus designios) será exclusivo de la guerrilla y será un ingrediente fuerte para no permitir la libertad y autonomía del gobierno.
Otros ganadores son los dueños de los medios, que con cada escándalo venden más y nutren sus cuentas con generosos ceros a la derecha, pues sus lealtades están, no con la verdad ni con el país, sino con sus bolsillos.
Entonces, no importa quien gane o pierda, porque el verdadero poder estará protegido, gracias a las venias y coqueteos que han hecho a lado y lado para vender conflictos y apasionar a los seguidores de uno y otro bando, con fines mercantilistas y de conservación del poder.
creado por Atrabilioso a las 10:00 PM del May 07 2006