Democracia: valioso patrimonio de los colombianos
03 marzo 2006
Por Mauricio López. Columnista Invitado.
Es posible adoptar una de dos posiciones frente al ejercicio del voto: hacerlo o no hacerlo. Cada cuatro años se presenta la oportunidad de sufragar, un evento que no toma más de una hora (algo así como la quinta parte del tiempo que usted invierte viendo la telenovela de moda) y muchísimo menos si decide llegar temprano al punto de votación.
Para la gran mayoría la decisión es producto de un proceso de razonamiento basado en la información que posee en forma de experiencias, creencias, datos, gustos e intereses (en el mejor sentido de la palabra). Esta información cimienta y define nuestra percepción del entorno y sus necesidades. Además nos posibilita escoger el mejor camino de acción.
Si su intención consiste en no ejercer el derecho, es posible que considere que su voto no marca la diferencia, ya sea por que cree que todo esta ganado, que todo esta perdido o, también, porque dice no importarle en lo absoluto lo que suceda (eso no se lo cree nadie, ni siquiera quien así lo afirma).
Es importante que reconsidere su decisión si ha decidido no votar. A continuación, unas pocas razones agrupadas por las justificaciones recién mencionadas.
Cree que todo está perdido. ¿Para qué votar? Entender este caso requiere recurrir al concepto que los estadounidenses han introducido en su sociedad: los perdedores. Estas personas se caracterizan porque antes de empezar el partido asumen que su desenlace va a ser adverso. Van a perder pase lo que pase. No es recomendable caer en este grupo, nunca disfrutan el juego y además, seguramente, también van a perder.
Adicional al daño anímico que se inflingen con tan desatinada posición, están dejando sola a una persona con la que se identifican y que, al contrario de ellos, decidió además darse la pela por convertir el proyecto que les gusta en una realidad.
Cree que todo está ganado. ¿Para qué votar? Para entender este debemos recurrir al concepto que los colombianos muy creativamente han introducido en su sociedad: los sobraditos.
Estas personas se caracterizan porque creen que todo está ganado desde antes de iniciar el partido: van a ganar pase lo que pase... de eso están seguros. No es recomendable caer en este grupo, no hay nada más doloroso y de difícil recuperación que una colisión con la implacable realidad. La historia ha demostrado como esto sucede más a menudo de lo que parece y, aunque no tan dramático como el anterior caso, vale la pena tener presente también que en caso de que esta actitud refleje una tendencia real, no es lo mismo que su candidato gane raspando a que gane obteniendo un claro mandato ciudadano.
No le importa. ¿Eso pa'que? El más interesante de todos. Estas personas se caracterizan porque las domina un sentimiento de impotencia.
Iniciaron su camino hacia ese indeseable estado cuando decidieron no ejercer su derecho al voto por primera vez hace años y se fueron desconectando poco a poco de su entorno mientras aumentaba su sensación de impotencia hasta que no les quedó, finalmente, más camino que renegar de todo y por todo (porque en realidad sí les importa, como es natural en todos).
A los que van para este grupo que se las pelan, una alarma temprana: Por salud mental sálganse de ahí mientras puedan. Si todavía es capaz, trate de silenciar esas justificaciones que ha elaborado y vote, no hay mejor terapia.
Su cabeza puede estar colmada de justificaciones que lleva años elaborando y que se refuerzan con lo que transmiten algunas de las personas que publican en revistas y periódicos. Los "virus impotentes" se pueden reconocer por que suelen contagiarnos de su frustración y desasosiego, de su quejadera de todo y por todo, de sus generalizaciones pesimistas sobre los colombianos y de sus constantes planteamientos negativos sin solución alguna.
Parece que quieren sentirse seres poseedores de una verdad -desde todos los puntos de vista inservible e inoficiosa- que solamente ellos son capaces de poseer y que infortunadamente es transmitida semanalmente, mes tras mes, año tras año. Estas personas no aportan absolutamente nada constructivo.
Con ayuda de estos personajes usted ahora cree que nadie ni nada sirve, que su voto finalmente solo va a prolongar la existencia de ese monstruo de siete cabezas que algunos llaman con temeridad "el sistema", que nada se puede hacer contra la corrupción que impera en todas partes, etc., etc., etc.
Si está en este grupo, usted se ha formado una percepción caracterizada por la impotencia y la frustración que se producen cuando algo importa y, a la vez, la incapacidad de acción domina su pensamiento y sus acciones. Siente que nada se puede hacer.
En estas elecciones hay muy buenas opciones para todos los gustos. Quejarse está difícil porque el pluralismo caracteriza más que nunca antes el sistema político colombiano.
Sin dramatismo es bueno reconocer que es un momento histórico sin precedentes, cuyas repercusiones se van a sentir hasta la vejez de todos los que leen este texto.
Los colombianos nos debemos respetar profundamente por asumir posiciones. Es una prueba tangible de que nos importa el entorno y de que estamos dispuestos a actuar (obviamente siempre enmarcados dentro de la legalidad y el incondicional y profundo respeto de los demás).
Votar responsablemente debe ser un evento de fortalecimiento del respeto que se deben los unos a los otros en todo el país, y no un elemento generador de discordia entre quienes asumen posiciones diferentes. El país está repleto de personas que creen que uno u otro camino es el correcto, eso es lo realmente importante y lo que se deben reconocer mutuamente. Que estas elecciones sigan fortaleciendo lo que somos y trayéndonos los mandatarios que merecemos.
---
La compra de votos es deplorable desde cualquier punto de vista. Sin embargo, no sucede así con la compra de la INTENCIÓN de votar, acto que puede llegar a ser considerado, muy al contrario, de alto altruismo.
Si conoce a alguien de los referidos en el tercer caso, el que dice ser indiferente, invítelo o invítela a almorzar el día de las elecciones, dígale que va a ir su amigo o amiga que le interesa románticamente, ofrézcale transporte puerta a puerta, recurra a su creatividad para pararlo al frente del tarjetón y déjelo elegir libremente. Cómprele la intención de votar por un buen almuerzo, un café y una buena charla. Sólo tiene que hacerlo una vez cada cuatro años.
Es posible adoptar una de dos posiciones frente al ejercicio del voto: hacerlo o no hacerlo. Cada cuatro años se presenta la oportunidad de sufragar, un evento que no toma más de una hora (algo así como la quinta parte del tiempo que usted invierte viendo la telenovela de moda) y muchísimo menos si decide llegar temprano al punto de votación.
Para la gran mayoría la decisión es producto de un proceso de razonamiento basado en la información que posee en forma de experiencias, creencias, datos, gustos e intereses (en el mejor sentido de la palabra). Esta información cimienta y define nuestra percepción del entorno y sus necesidades. Además nos posibilita escoger el mejor camino de acción.
Si su intención consiste en no ejercer el derecho, es posible que considere que su voto no marca la diferencia, ya sea por que cree que todo esta ganado, que todo esta perdido o, también, porque dice no importarle en lo absoluto lo que suceda (eso no se lo cree nadie, ni siquiera quien así lo afirma).
Es importante que reconsidere su decisión si ha decidido no votar. A continuación, unas pocas razones agrupadas por las justificaciones recién mencionadas.
Cree que todo está perdido. ¿Para qué votar? Entender este caso requiere recurrir al concepto que los estadounidenses han introducido en su sociedad: los perdedores. Estas personas se caracterizan porque antes de empezar el partido asumen que su desenlace va a ser adverso. Van a perder pase lo que pase. No es recomendable caer en este grupo, nunca disfrutan el juego y además, seguramente, también van a perder.
Adicional al daño anímico que se inflingen con tan desatinada posición, están dejando sola a una persona con la que se identifican y que, al contrario de ellos, decidió además darse la pela por convertir el proyecto que les gusta en una realidad.
Cree que todo está ganado. ¿Para qué votar? Para entender este debemos recurrir al concepto que los colombianos muy creativamente han introducido en su sociedad: los sobraditos.
Estas personas se caracterizan porque creen que todo está ganado desde antes de iniciar el partido: van a ganar pase lo que pase... de eso están seguros. No es recomendable caer en este grupo, no hay nada más doloroso y de difícil recuperación que una colisión con la implacable realidad. La historia ha demostrado como esto sucede más a menudo de lo que parece y, aunque no tan dramático como el anterior caso, vale la pena tener presente también que en caso de que esta actitud refleje una tendencia real, no es lo mismo que su candidato gane raspando a que gane obteniendo un claro mandato ciudadano.
No le importa. ¿Eso pa'que? El más interesante de todos. Estas personas se caracterizan porque las domina un sentimiento de impotencia.
Iniciaron su camino hacia ese indeseable estado cuando decidieron no ejercer su derecho al voto por primera vez hace años y se fueron desconectando poco a poco de su entorno mientras aumentaba su sensación de impotencia hasta que no les quedó, finalmente, más camino que renegar de todo y por todo (porque en realidad sí les importa, como es natural en todos).
A los que van para este grupo que se las pelan, una alarma temprana: Por salud mental sálganse de ahí mientras puedan. Si todavía es capaz, trate de silenciar esas justificaciones que ha elaborado y vote, no hay mejor terapia.
Su cabeza puede estar colmada de justificaciones que lleva años elaborando y que se refuerzan con lo que transmiten algunas de las personas que publican en revistas y periódicos. Los "virus impotentes" se pueden reconocer por que suelen contagiarnos de su frustración y desasosiego, de su quejadera de todo y por todo, de sus generalizaciones pesimistas sobre los colombianos y de sus constantes planteamientos negativos sin solución alguna.
Parece que quieren sentirse seres poseedores de una verdad -desde todos los puntos de vista inservible e inoficiosa- que solamente ellos son capaces de poseer y que infortunadamente es transmitida semanalmente, mes tras mes, año tras año. Estas personas no aportan absolutamente nada constructivo.
Con ayuda de estos personajes usted ahora cree que nadie ni nada sirve, que su voto finalmente solo va a prolongar la existencia de ese monstruo de siete cabezas que algunos llaman con temeridad "el sistema", que nada se puede hacer contra la corrupción que impera en todas partes, etc., etc., etc.
Si está en este grupo, usted se ha formado una percepción caracterizada por la impotencia y la frustración que se producen cuando algo importa y, a la vez, la incapacidad de acción domina su pensamiento y sus acciones. Siente que nada se puede hacer.
En estas elecciones hay muy buenas opciones para todos los gustos. Quejarse está difícil porque el pluralismo caracteriza más que nunca antes el sistema político colombiano.
Sin dramatismo es bueno reconocer que es un momento histórico sin precedentes, cuyas repercusiones se van a sentir hasta la vejez de todos los que leen este texto.
Los colombianos nos debemos respetar profundamente por asumir posiciones. Es una prueba tangible de que nos importa el entorno y de que estamos dispuestos a actuar (obviamente siempre enmarcados dentro de la legalidad y el incondicional y profundo respeto de los demás).
Votar responsablemente debe ser un evento de fortalecimiento del respeto que se deben los unos a los otros en todo el país, y no un elemento generador de discordia entre quienes asumen posiciones diferentes. El país está repleto de personas que creen que uno u otro camino es el correcto, eso es lo realmente importante y lo que se deben reconocer mutuamente. Que estas elecciones sigan fortaleciendo lo que somos y trayéndonos los mandatarios que merecemos.
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La compra de votos es deplorable desde cualquier punto de vista. Sin embargo, no sucede así con la compra de la INTENCIÓN de votar, acto que puede llegar a ser considerado, muy al contrario, de alto altruismo.
Si conoce a alguien de los referidos en el tercer caso, el que dice ser indiferente, invítelo o invítela a almorzar el día de las elecciones, dígale que va a ir su amigo o amiga que le interesa románticamente, ofrézcale transporte puerta a puerta, recurra a su creatividad para pararlo al frente del tarjetón y déjelo elegir libremente. Cómprele la intención de votar por un buen almuerzo, un café y una buena charla. Sólo tiene que hacerlo una vez cada cuatro años.
8 comentarios -Mostrar entrada original
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DRAGON BLANCO dijo...
Bueno pues sabiendo que no vamos a ganar en estas elecciones para presidente, vamos a votar por el profesor emérito de la Universidad Nacional el Doctor Antannas Mockus y para congreso por el partido de los visionarios. El resto de candidatos son producto de esa maquinaria perversa, que está y ha estado disfrutando las mieles del poder (o será de la corrupción?). Esos parasitos detestables son los que incrementan el salario a los que los alaban con incienso y son tan mezquinos que impiden un incremento digno del salario mínimo para los colombianos que trabajan, esos sí, haciendo patria.
marzo 03, 2006 7:46 AM
Jaime Ruiz dijo...
Uno mira la abstención desde muchos lados, pero al final siempre sale lo mismo: los abstencionistas son los pobres, los excluidos y los no educados. Algunos de ellos votan cuando hay alguna recompensa, o alguna presión (como el cuento del plato de morcilla: no es que les interese el plato ni la fiesta ni el ron, es que si no acuden muestran deslealtad hacia el patrón y pueden perder el trabajo o algo así).
Yo creo que en eso de no votar hay un viejo instinto: no meterse donde los van a mirar mal. Y al mismo tiempo no buscarse problemas, pues la verdad es que más allá de las adhesiones ideológicas en Colombia pesa el estrato. A un pobre de camisa roja lo matan unos que reciben órdenes de uno que tiene contactos con alguien que recibe en su palacete al jefe liberal. Gilberto Vieira era amigo de todos los líderes del bipartidismo, a lo mejor movía bien los peones y se tomaba el poder, los otros tenían alfiles y mataban a los peones...
Pero como lo público es ajeno hay otro fenómeno muy interesante, que es la tentación de robar. La gente está segura de que todos los políticos son ladrones porque en el supuesto de que un día tuvieran un cargo público estarían pensando en robar. ¿Para qué ayudar a cambio de nada a un ladrón?
Y después están los mensajes confusos, muestra de los intereses turbios que hay en la cabeza de la sociedad, como la supuesta relación de Uribe con las AUC. Eso conduce al abstencionismo de mucha gente que aborrece a los asesinos, y valoriza el voto de los del bando contrario. Hay muchos casos así.
A mí me parece más interesante promover el voto de los que plantean una sociedad normal que combatir la abstención. Una sociedad que va superando las ideologías violentas y acostumbrándose a la estabilidad es la mejor garantía de inclusión y de compromiso de todos. Por eso no todo el "antiabstencionismo" me parece rescatable. Los mismos que presionaban a la gente para que no votara en el referendo, ahora la manipulan con la amenaza del TLC y la genuflexión del presidente, o con el apoyo a los paramilitares, o cualquier cosa así. Van a votar para que sus hijos no resulten "descalificados" en la escuela.
Porque el problema colombiano es la ideología del crimen, no el abstencionismo, que sólo es un rasgo atávico que se irá superando en la medida en que el país se inserte en el mundo moderno.
marzo 03, 2006 1:00 PM
OZZ dijo...
No me gusta que me tachen de perdedor por el solo hecho de no votar, tratar de criticar la manera de pensar de alguien(como usted lo esta haciendo)no es algo sano, yo puedo hacer lo que quiera con mi vida SIN perjudicar la de los demas, no critico este gobierno porque no me importa, no critico la oposición porque no me importa, desde que deje de pensar en esas cosas(votar, el pais, etc..), me ha ido mejor y asi lo comparte muchas personas que conozco, uno puede salir adelante contra los tramites y atropellos que diariamente sufre en este pais(YO como persona común y corriente) asi que le ruego no nos ESTIGMATIZE a los que pensamos de esa manera porque Yo soy una persona que salgo adelante de una manera Honrada.
marzo 03, 2006 4:24 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A JAIME RUÍZ:
No había visto la situación como usted la plantea. Sin embargo, hay un alto número de usuarios constantes de Internet que son abstencionistas y es a ese grupo al que pretendemos llegar, pues no pertenecen, en general, a esa población pobre, excluida y sin educación (ateniéndonos al significado particular que se le da a esa palabra en Colombia). Esto, sin desconocer que su planteamiento es absolutamente cierto, sobre todo una frase que me impactó y que creo lo resume todo:
"Una sociedad que va superando las ideologías violentas y acostumbrándose a la estabilidad es la mejor garantía de inclusión y de compromiso de todos".
Sin embargo, aceptar esta idea resulta angustiante: ¿cómo superar las ideologías violentas?
Las respuestas necesariamente son a largo plazo: comenzar a formar a las nuevas generaciones en temas como el trabajo productivo, la honestidad y, porque no, el optimismo fruto del esfuerzo. Quedan entonces planteados unos enormes retos para padres, docentes y sociedad en general: cambio de mentalidad para transmitir los nuevos conceptos y encaminar a esos nacientes ciudadanos por un camino diferente y opuesto al que hemos recorrido en los últimos 200 años.
Gracias por su análisis y el punto de vista diferente que nos ofrece.
marzo 03, 2006 4:31 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A OZZ:
El asunto expuesto aquí no tiene implicaciones personales y mucho menos se hace un llamado de atención por la forma de pensar sino por las implicaciones que tiene esa forma de pensar en una acción: el no votar.
El no votar SI perjudica a la sociedad, resta legitimidad para gobernar y muchas ideas y personas de gran valor se quedan en el camino porque no reciben el apoyo electoral que requieren. Lo invito a pensar ¿cuántos buenos dirigentes no han sido elegidos porque los ciudadanos se abstuvieron de votar por ellos? ¿Tendríamos un país diferente?
Le contaré: cuando Jaime Castro ganó la Alcaldía de Bogotá, él no era el mejor candidato ni mucho menos. Sin embargo, el mejor candidato (obviamente desde mi punto de vista) por programas, propuestas y soluciones; no obtuvo úna votación interesante. Independiente de la política o de la ideología que esa persona representaba, sus propuestas eran serias y realizables, sin promesas absurdas y con un compromiso bien importante con la ciudad.
No digo que la elección de Castro hubiese sido un error... pero habían mejores propuestas en la mesa.
Ahora, fíjese un detalle importante de su comentario: "desde que dejé de pensar en esas cosas(...) el país, etc." ¿Dejó de pensar en el país? Perfecto. Está en su derecho. Pero esa apatía resulta perjudicial para la sociedad.
El hecho de votar no es un trámite, ni un atropello (de hecho nadie lo está obligando a hacerlo).
Gracias por sus comentarios.
marzo 03, 2006 4:53 PM
Gmar dijo...
Para disminuir la abstención y como el sistema de votación de estas elecciones es diferente a las anteriores, seria bueno que los votantes se familiaricen con la mecánica y saber que es una lista preferente, lista cerrada, saber que si en una lista cerrada sólo marca el candidato se anula, también se anula si marca sólo un número, sin marcar partido , saber que es el umbral, cifra repartidora y cuociente electoral, saber que en el de Senado se distinguen dos partes (A y B), mientras que en el de Cámara hay tres (A, B y C). Es necesario saber que en cada tarjetón SÓLO se debe marcar en una de esas partes.
Sospecho que la cifra de votos anulados va a ser alta.
Información completa de como utilizar los tarjetones y sus diferentes partes en esta dirección: http://www.caracolnoticias.com/html/formato_de_impresion.asp?idnoticia=67327
marzo 03, 2006 4:59 PM
Atrabilioso dijo...
NOTA DE LA DIRECCIÓN A GMAR:
Tengo la misma sospecha. El próximo fin de semana publicaremos la cartilla para votar.
Gracias por sus comentarios.
marzo 03, 2006 5:02 PM
Dragón Negro dijo...
Debo hoy iniciar con aplauso a Mauricio López principalmente por su frase:
“...Cómprele la intención de votar por un buen almuerzo, un café y una buena charla...”
Y lo felicito por que la filantropía desplegada es solo a cambio de que vote LIBREMENTE... ... ...
Claro que semejante fragmento literario lo estimarán los felinos, los cilindreros, los motosierreros y el reciclador moreno el de la rata, como carta de navegación y fundamento suficiente para continuar las prácticas nocivas que de todos son conocidas en matera de corrupción al elector.
Unos cambiaran el menú por wayucito asado, otros por una buena aplicación de los 1.500 millones de cuota inicial para el gatico en toldas cualquiera que reciclen uribismo malévolo ... y por supuesto trompetilla en la nuca y cañon en las costillitas del hambriao parcelero que ahora pasara a subsidiar al terrateniente.
Pero bueno, llama poderosamente el titular del editorial de hoy.
Entiendo desde los albores de la conciencia que la DEMOCRACIA es por etimología DEMOS, que significa el pueblo, y KRATEIN, que significa gobernar.
Dista tal articulación de nuestra realidad de comarca que no pasa de ser andrajo de terruño en el cual es una persona la que manda, y las oligarquías, que son las que disponen la “democracia” para unos pocos.
PATRIMONIALMENTE debería significarnos a las personas y a los elegibles, la recompensaba por méritos, el respeto por la vida, el bien común, la prosperidad, cultura, salud, vivienda, el enriquecimiento del debate, la innovación, la apertura a lo nuevo y a lo diferente, la conjugación cierta de la convicción de que los seres humanos somos por naturaleza libres e iguales y con derechos compartidos por todos y por igual.
Pero también, que dislocación respecto a nuestra realidad. Aquí los ciudadanos votan por legisladores que redactan y aprueban las leyes, y por ejecutivos que tienen la responsabilidad de aplicarlas.
ENTONCES ES OPORTUNO PREGUNTARSE QUE LEYES EN MATERIA DE SALUD, POR EJEMPLO, SE CUMPLEN SOLO A PUNTA TUTELA. Y COMO ASÍ QUE LA PENA DE MUERTE HOY HA SIDO APLICADA A UN NIÑO DE 11 AÑOS EN BARRANQUILLA POR EL SISTEMA DE CADALZO INVENTADO POR EL DIARRELEGIBLE EN SU FAMOSA LEY 100, MEDIANTE LA MODALIDAD DEL PASEO DE LA MUERTE.
Nimio resulta pensar que en Colombia hay una democracia representativa del pueblo soberano y que el gobierno se apoya en su consentimiento.
Las instituciones más corruptas del mundo son los partidos políticos, nada confiables para administrar recursos y campeones para traficar con puestos, influencias, teodolindazos, etc.
Ojala que la buena charla a que alude el autor, verse sobre estrategias que conviden al escéptico y al abstencionista, DUEÑO DE LOS GRANDES GUARISMOS ELECCIONARIOS, a aplicar una actitud de TOLERANCIA CERO y terminar con las prácticas de los políticos que violan las leyes, roban a los ciudadanos y se esconden detrás de la inmunidad parlamentaria para proporcionarla en equidad a sus brazos armados a manera de justicia y paz, sin verdad, sin reparación, y sobre todo permitiendo que el show continúe mediante detestables escenografías de desmovilizaciones mentirosas apoyadas por el otro imperio corrupto de la desinformación de los medios proclives a esas conductas, que se gozan con copiloto de la ignominia a bordo y uno que otro hermano editorializando a favor de las catervas cogoBERNAntes.
A otros comensales que surjan de la sugerencia planteada por el editorialista, ojala les quepa en la sobremesa adoctrinar en el sentido de que sólo la disputa por LA VERDAD Y LA HONESTIDAD, frente a toda corrupción y mentira, la compra de votos y de conciencias, la amenaza, el genocidio, hará posible un país más ecuánime, libre y fraterno.
Los grandes míseros que procrean hijos para la guerra que garantiza las caravanas toyotizadas a los estratos 6, hijos desplazados para que se los secuestren y no importe un carajo que allá se pudran y para que se los violen y torturen en cuarteles lo agradecerán.
También lo agradecerán los miles de amenazados que aún sobreviven pero no por el deber del estado en garantizarles el derecho a la vida, sino porque todavía no les ha tocado morir ametrallados pero ya casi... ... así como a concejales opitas... ... ...
marzo 03, 2006 6:37 PM